Tarjeta para la colecta de fondos

La solidaridad con la República española en guerra se manifestó en Bélgica de diferentes formas. En primer lugar, se movilizaron recursos para asistir a la República en el ámbito militar. A pesar de la legislación contra el tráfico de armas y contra la partida de voluntarios para luchar en España, desde el Partido Comunista Belga (PCB), las Jóvenes Guardias Socialistas (JGS) y el Partido Obrero Belga (POB) hubo quien se implicó tanto en el tráfico ilícito de armas con destino a España como en el reclutamiento de voluntarios para combatir encuadrados en las Brigadas Internacionales. 

Por otro lado, y ya en el ámbito político, tanto el POB como el PCB desplegaron una intensa campaña contra la política de no intervención. A nivel nacional presionaron al gobierno de coalición a través del ejercicio de la actividad parlamentaria para que permitiese la ayuda a la República española. Por otro lado, en el ámbito de las Internacionales Socialista (IOS) y Sindical (FSI) se definió una línea de acción política que, a través de las correspondientes secciones nacionales, trató de influir en las políticas exteriores de los estados alineados con la no intervención. En un esfuerzo coordinado exigían acabar con esta política para permitir que la República recuperase su derecho a abastecerse de armas para defenderse de la agresión de los militares sublevados y de las potencias fascistas. 

Finalmente, el tercer ámbito de acción solidaria vino dado por el envío de ayuda material para aliviar la situación de la población civil que sufría las consecuencias del conflicto. En el caso de Bélgica se crearon comités destinados a colectar recursos y canalizarlos para su envío a España o para financiar la estancia en Bélgica de unos 5000 niños españoles evacuados por la guerra. Las formas en la que se colectaban los recursos iban desde la organización de listas de suscripción a través de publicaciones periódicas, a la celebración de mítines, la organización de colectas tanto de dinero como de bienes de primera necesidad o la venta de material de propaganda como, por ejemplo, postales, tarjetas o sellos. 

La tarjeta que da lugar a esta entrada es un ejemplo de esta última forma de recaudar dinero. En ocasiones la tarjeta permitía también completar una colección de sellos para incrementar la cantidad obtenida. Los recursos recogidos como resultado de estos métodos de colecta permitieron, por ejemplo, la construcción del Hospital de Ontinyent, conocido popularmente como “El Belga” dada la implicación del POB en la iniciativa. La IOS, a través del Fondo de Solidaridad, dedicó a este proyecto más de dos millones de francos a los que se añadieron los resultados de campañas de colecta, como la que se desarrolló en Bélgica entre los meses de enero y octubre de 1937, de material sanitario, camas –la federación del POB de Charleroi aseguró 100 camas-, y fondos para ambulancias. Así, desde principios de 1938, la República dispuso de un hospital militar moderno y funcional fruto de la solidaridad socialista internacional.