Manifestación de solidaridad y apoyo a la República española

La foto muestra a un grupo de manifestantes con un cartel en el que se puede leer « Por la lucha por la libertad de la República española » delante y detrás con otro cartel en el que pone « Fuera con los falsos agentes ». Tanto la manifestación como los carteles muestran la campaña de los partidos de izquierda en Suiza a favor de la República a partir del comienzo de la Guerra Civil.  

La Guerra Civil española condujo a una polarización en Suiza que solapó tendencias convergentes y adquirió rasgos propioos de un fuerte enfrentamiento político antes del comienzo de la exposición nacional (« Landesausstellung ») de 1939. El conflicto tuvo, por lo tanto, una gran repercusión en Suiza, pero también en otros países europeos, y fue capaz de movilizar a todos los grupos políticos. Desde el principio se vio como un conflicto ideológico de importancia fundamental y cargado de simbolismo. Mientras que los círculos católicos, pero también parte de la derecha burguesa en general, veían en él una lucha justa contra el comunismo y en favor del "Occidente cristiano" y sentían gran simpatía por los nacionalistas sublevados, especialmente por Franco, la izquierda consideraba la Guerra Civil como una lucha del fascismo mundial contra la existencia de las democracias y hablaba de una "guerra de independencia" y de una "lucha por la libertad" por parte de la República española.  

El movimiento de solidaridad con la República comenzó a formarse en varias ciudades suizas a finales de julio de 1936, favoreciendo una esperanzadora política de solidaridad y reuniendo además a un considerable número de intelectuales. Para apoyar a la República española, se movilizaron varias organizaciones de izquierda. El movimiento de solidaridad recibió el apoyo moral de la Asociación de Librepensadores de Suiza y del Comité Suizo por la Libertad, una asociación informal de intelectuales, que ya se había pronunciado a favor de las sanciones contra la Italia de la guerra en otoño de 1935.  

A pesar de la proclamada política de neutralidad, las simpatías por los sublevados en el Consejo Federal eran claras. En un contexto de anticomunismo y antisocialismo notorios, y teniendo en cuenta los intereses económicos de Suiza, se produjo un acercamiento a Franco poco después del estallido de la guerra civil y, ya en agosto de 1937, el reconocimiento de facto del gobierno nacionalista español, con lo que el Consejo Federal esperaba salvar los bienes amenazados en el territorio republicano. Cuando en la primavera de 1939, primero Barcelona y luego toda Cataluña cayeron en manos de los nacionalistas, el Consejo Federal no se esperó demasiado: el 14 de febrero, semanas antes del final de la guerra civil, Suiza se convirtió en la primera democracia en reconocer oficialmente al gobierno de Franco y rompió todas las relaciones con el gobierno republicano. 

LCS