Junta Municipal del Distrito de Chamberí

Esta es la fachada del edificio que acoge la junta de distrito del barrio de Chamberí de Madrid. Si se presta atención, se ve la forma rectangular de algo que ya no está allí, los restos casi invisibles de un objeto de memoria recientemente borrado. Con el tiempo, los bordes se desvanecerán haciéndose aún más indistinguibles, y esa traza de la memoria se irá diluyendo aún más hasta desaparecer un día.

En la segunda mitad del siglo XIX Chamberí fue un barrio de trabajadores y el edificio que estuvo en este lugar vio nacer a una de las figuras más importantes del movimiento obrero: Francisco Largo Caballero, líder sindicalista, político socialista y primer ministro de la República durante los primeros meses de la Guerra Civil (setiembre de 1936 a mayo de 1937). En 1981, el ayuntamiento de Madrid votó de manera unánime poner una placa conmemorativa en la fachada del edificio.

Para 2020, sin embargo, este tipo de consenso entre la izquierda y la derecha era algo del pasado ya que la Guerra Civil y sus legados se habían politizado mucho. El 15 de octubre de aquel año, en el 151 aniversario del nacimiento de Largo Caballero, el ayuntamiento de derechas de Madrid quitó la placa sin previo aviso. Este fue el último de una serie de ataques contra los lugares de la memoria del municipio que comenzaron poco después de llegar al poder en 2019 con la eliminación de las placas del cementerio de la Almudena que contenían los nombres de las personas ejecutadas por Franco en la ciudad entre 1939 y 1944.

La iniciativa surgió del partido ultraderechista VOX, que argumentó con cinismo que, según sus representantes, ya que Largo Caballero tenía una “sanguinaria trayectoria personal y política”, conmemorarle suponía una violación de la Ley de Memoria Histórica de 2007. También mencionó una resolución del Parlamento Europeo que condenaba a “los regímenes totalitarios y sus representantes”. VOX, así como los otros partidos conservadores moderados Ciudadanos y Partido Popular, se había opuesto a esta ley argumentando que reabría heridas de la Guerra Civil sanadas hacía mucho tiempo y que estaba motivada por un espíritu de venganza. El ayuntamiento también ordenó que se quitasen del callejero de la ciudad los nombres de Largo Caballero y de Indalecio Prieto, que VOX calificó como “criminales y antidemócratas”. Los operarios municipales removieron la placa a martillazos.

El sindicato socialista UGT y la agrupación socialista de Madrid llevaron el caso a los tribunales exigiendo que la placa destruida fuese reemplazada por otra nueva. En dos ocasiones, en julio y octubre de 2022, los jueces fallaron a favor de los demandantes. Las resoluciones judiciales dejaron constancia de que los argumentos de VOX “carecían de rigor” y estaban plagados de “reiterados juicios de valor que se entremezclan”; que el ayuntamiento había actuado de forma ilegal; y que tenía que restaurar la placa y volverla a colocar. En tercer fallo en diciembre de 2020 dejó claro que Largo Caballero y Prieto no “se sublevaron contra la República, ni apoyaron ni exaltaron el golpe de Estado perpetrado por militares rebeldes en julio de 1936, ni la Guerra Civil que provocó el golpe de Estado, ni la Dictadura franquista, de la que fueron víctimas, siendo perseguidos y muriendo en el exilio”. El ayuntamiento aún no ha respondido.