El Alcázar de Toledo
Repository: Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Spain
Photographer: Andres, Erich
Source:
Reference Code
ES.37274.CDMH//FOTOGRAFÍAS_ERICH_ANDRES,1713
Date Created: 1936-09
Type: Photographs
Extent: 1 item
Geographic Region: Toledo, Spain
39.85607, -4.02396
El 26 de septiembre de 1936 llegaban a Toledo las tropas del ejército colonial al mando del general José Enrique Varela. De inmediato comenzó una furiosa represión de milicianos y civiles republicanos que dejó más de 800 muertos. Incluso los heridos en los hospitales militares y unas 20 mujeres ingresadas en la maternidad fueron asesinados. Pero no es esto lo que la propaganda de los rebeldes primero y luego la dictadura franquista recordarán, sino lo que ocurrió el día siguiente: la “liberación del Alcázar”.
El Alcázar de Toledo contenía la Academia Militar de Infantería. Era, y es, un edificio de muy sólida construcción, cuyos cimientos están excavados en la roca. El 21 de julio de 1936 se encerró en él, y en otros edificios cercanos, el coronel José Moscardó, con una decena escasa de cadetes, unos 800 guardias civiles, 200 falangistas y quizás unos 150 soldados más. Les acompañaban unos 500 no combatientes, mujeres e hijos de los concentrados, y al menos 50 rehenes republicanos. Estos últimos fueron olvidados por la propaganda franquista; es probable que todos fuesen asesinados.
De inmediato comenzó el cerco por parte de las fuerzas republicanas, milicianos y guardias de asalto, que intentaron durante más de dos meses tomar las posiciones en manos de los rebeldes. No lo consiguieron, a pesar de que el Alcázar quedó prácticamente destruido.
La resistencia del Alcázar se convirtió en una causa célebre en la España sublevada. Franco, que aspiraba a ser nombrado jefe de la misma, decidió socorrer a los sublevados a costa de perder tiempo en la carrera del Ejército de África hacia Madrid, cuyas defensas estaban muy desorganizadas y en la que la moral de los republicanos declinaba con las continuas derrotas militares. Las tropas coloniales habían conquistado Talavera de la Reina, en la última gran batalla (que siguió el patrón de las disputadas en Extremadura) antes de llegar a Madrid, el 3 de septiembre. El día 21 tomaron Maqueda, donde la carretera se bifurcaba entre la que iba a Toledo y la que llevaba a Madrid. Franco decidió dirigir sus menguadas fuerzas hacia Toledo. El jefe de estas, el teniente coronel Juan Yagüe, se opuso argumentando que se podría perder la oportunidad de tomar la capital. Franco lo destituyó y lo reemplazó con Varela. Toledo fue liberada y Franco se apuntó un gran golpe propagandístico.
Ese día nació un formidable mito político en torno al cual se recrearon historias de sacrificio y heroicidad, como la del propio hijo de Moscardó, Luis, fusilado por los republicanos supuestamente por no rendir su padre la fortaleza. La historia no fue exactamente así, pero no importaba. Franco, quien se convirtió en Jefe del Gobierno del Estado español el 1 de octubre, había incrementado su prestigio entre sus partidarios. El coste fue, como Yagüe había previsto, muy alto. Cuando sus tropas llegaron un mes más tarde a Madrid estaban diezmadas y agotadas, y los republicanos se habían hecho más fuertes. Tardarían casi dos años y medio más en tomar la capital.