Cuerpo del teniente Tom Hyde
Repository: The Robert Stradling Collection
Creator: James Roche
Source:
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The Robert Stradling Collection, P13/1/2/1/3, The Special Collections and Archives Department, Glucksman Library, University of Limerick, Limerick.
Date Created: 1937-02-19
Type: Photograph
Extent: 1 item
40.15801, -3.62055
Tomada por el médico de Cork Jim Roche, esta fotografía muestra a Tom Hyde, una de las primeras víctimas mortales de la Brigada Irlandesa.
Nacido cerca de Midleton, condado de Cork, Hyde luchó con el Ejército Republicano Irlandés durante la Guerra de Independencia de Irlanda y sirvió en el Ejército Nacional durante la Guerra Civil que siguió. Destacó en la organización Blueshirt (camisas azules), que alcanzó su apogeo a mediados de la década de 1930s. Hyde apoyó a la facción extrema del general O'Duffy cuando el movimiento se dividió y se convirtió en oficial de estado mayor de su fascistizante Partido Corporativo Nacional. Antes de la partida de la Brigada Irlandesa, se ganaba la vida como propietario y director del cine local en Midleton.
Tras completar el entrenamiento básico en Cáceres, los irlandeses recibieron órdenes de ir al frente el 16 de febrero de 1937. Su corta ruta desde Valdemora a Ciempozuelos discurría detrás de sus propias líneas en un territorio que había sido testigo de contraataques recientes. Esto puede explicar por qué, al encontrarse con soldados de habla inglesa con uniformes desconocidos, una bandera de la Legión de las Islas Canarias abrió fuego sin previo aviso.
Dos oficiales españoles adscritos a la Brigada Irlandesa, que se habían adelantado para saludar a la unidad que avanzaba, murieron instantáneamente. Tom Hyde y otro irlandés, Dan Chute, murieron en el tiroteo que se produjo a continuación. Aunque desafortunado, el incidente no parece haber socavado la credibilidad de la unidad ante el mando español. Más bien, fue el hecho de que la Brigada no siguió las órdenes durante su siguiente enfrentamiento militar lo que la llevó a ser trasladada desde el frente y finalmente enviada a casa.
Los cuerpos de Hyde y Chute fueron llevados a Cáceres para un elaborado funeral militar –“el más grande jamás visto en Cáceres”, afirmó O’Duffy– al que asistieron el alcalde, el gobernador militar y el obispo. Un telegrama dirigido a la prensa irlandesa, que omitía las circunstancias de su muerte, declaraba: "Como verdaderos soldados irlandeses y seguidores de Cristo, han hecho el sacrificio supremo".
Hyde fue enterrado en el cementerio municipal de Cáceres, pero su muerte estuvo marcada por una misa de Réquiem muy concurrida en la Pro-Catedral de Dublín el 28 de febrero de 1937. La presencia de políticos de la oposición del Fine Gael, líderes del Frente Cristiano, activistas del Partido Corporativo Nacional y sus rivales camisas azules parecieron ensalzar el liderazgo de O'Duffy en la aún popular causa pro-franquista en Irlanda. Sin embargo, el ignominioso regreso de la Brigada Irlandesa cuatro meses después y las luchas internas entre los partidarios irlandeses de Franco destruyeron la credibilidad del movimiento.
Nunca se construyó un monumento planeado en Midleton para el popular y respetado oficial, para el cual O'Duffy recaudó suscripciones. En 1994, el sobrino y homónimo de Tom Hyde le dijo a un historiador que, aunque lo habían educado para reverenciar la memoria de su tío mártir, más tarde se había avergonzado de su asociación con la España de Franco.
FM