Día del Plato Único
Repository: Adrian Shubert Personal Collection, Toronto, Canada
Creator: Local administrative unit in the Francoist Zone
Type: Stamps
Extent: 1 item
La situación del abastecimiento en el territorio franquista fue muy distinta de la que se dio en la zona republicana. Los rebeldes controlaron la mayor parte de las zonas agrícolas más importantes, entre ellas el granero del Valle del Guadalquivir, Castilla y León y Galicia, con su flota pesquera y su potente industria de conservas. De allí que la población civil no tuvo que aguantar las privaciones que se experimentaron en la España republicana. Aun así, las autoridades franquistas se aprovecharon de la alimentación para obtener recursos para apoyar las actividades en la retaguardia a través del Día del Plato Único y el Día sin Postre.
El Día del Plato Único fue inspirado por los domingos Eintopf que los Nazis crearon poco después de llegar al poder en 1933. El primer domingo de cada semana, las familias alemanas no comían su asado habitual al que sustituían por un número de cocidos autorizados. El dinero que se ahorraba se dedicaba a la Ayuda de Invierno al Pueblo Alemán [Winterhilfswerk (WHW)]. Este impuesto fue una de las formas con las que el régimen Nazi consiguió que los ciudadanos apoyaran las actividades del partido.
Fue el general Gonzalo Queipo de Llano quien introdujo la idea en España en octubre de 1936. Un decreto del 30 de octubre del gobierno franquista declaró que, a partir del 15 de noviembre, el 1 y el 15 de cada mes se llamaría el Día del Plato Único. En los restaurantes y hoteles, los clientes tenían que escoger entre un plato de carne, pescado o verduras más postre, pero pagarían el precio de una comida completa. La diferencia, que quedaba entre el 40 y el 60 por cien, se pagaba al Estado. Esta medida se aplicaba también a las casas particulares. Como en la Alemania nazi, había cobradores que recorrían las viviendas para recoger el dinero y dejar un sello, como los que hay arriba, como prueba de haber cumplido la norma.
Al principio, el dinero recaudado se dirigía a los comedores de asistencia social, jardines de la infancia, casas-cunas, gotas de leche, orfanatos y otras instituciones parecidas. A partir de agosto de 1937, se cambió el Día del Plato Único a los viernes, en parte para que los católicos se encontraron más a gusto con ello, y el dinero se dividía entre el Fondo de Protección Benéfico-Social que subvencionaba esas iniciativas y otro fondo que ayudaba a las familias de los combatientes. En ese momento, se creó también el Día sin Postre, que caía cada lunes, con el dinero dedicado a los mismos fines. Los ayuntamientos mantenían registros de los ingresos. Los negocios y los individuos que no pagaran podían ser multados y aparecer en una lista de “malos patriotas”.
El Día del Plato Único y Día sin Postre continuó hasta enero de 1942, cuando el régimen franquista introdujo el racionamiento.