Expulsada de Brasil
Source:
Ficha de qualificação e identificação policial de Julia Garcia. In: Prontuário 3238 – Julia Garcia. DEOPS/SP. Arquivo Público do Estado de São Paulo.
Date Created: 1936-05-19
Type: Photograph
Extent: 1 item
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En julio de 1937, a bordo del barco Alsina, 27 españoles se dirigieron desde el puerto de Santos a Marsella, Francia. Todos ellos habían sido expulsados por considerarse peligrosos para la seguridad nacional. Desembarcar en el puerto de Vigo, situado en una región de España tomada por los ejércitos del general Franco equivaldría a una sentencia de muerte. El miedo a ser asesinado no se basaba sólo en probabilidades, sino en el ejemplo de la triste suerte de Francisco Márquez Sánchez, español expulsado en 1936 y que, enviado a Vigo al inicio del conflicto civil español, fue fusilado sumariamente por el ejército nacionalista.
La decisión de enviarlos a un puerto francés, sin embargo, no fue tomada por los órganos brasileños responsables de la expulsión de extranjeros, sino por el español Andrés Rodríguez Barbeito, vicecónsul republicano en Santos, quien, según un informe de investigación de la policía política, habría pagado de su propio bolsillo la diferencia en el valor de los billetes del puerto español al puerto francés.
Entre estos españoles, todos expulsados de Brasil por motivos políticos, se encontraba Julia García y García, la única mujer que integraba el grupo. Joven y bien adaptada a Brasil desde su infancia, Julia fue considerada por el Gobierno de Vargas como una persona indeseable y peligrosa para el país. Permaneciendo encarcelada durante meses, fue testigo de innumerables escenas de torturas y malos tratos sufridos por sus compañeros, quienes, como ella, fueron acusados de dañar el orden y la estabilidad nacional.
Tras desembarcar en el puerto de Marsella, ella y los demás españoles se dirigieron a España. Meses después, Julia presenció la muerte de muchos de estos compañeros de viaje en un bombardeo sobre la ciudad de Valencia en diciembre de 1937. Después de veinte años –la duración de los trámites burocráticos que le impidieron regresar a Brasil, derivados de la orden de expulsión–, regresó a Santos.
El proceso que condujo a su expulsión se basó en una carta dirigida a ella y censurada por las autoridades policiales. En esta carta enviada desde España, su hermano Víctor, que había sido expulsado de Brasil en 1934, enviaba noticias sobre sus actividades como miembro del Partido Comunista Español en Asturias y solicitaba el envío de ejemplares del periódico A Classe Operária. El “delito” cometido por Julia, en el imaginario policial, era el de ser posible intermediaria entre los “conspiradores” de ambos países.
Julia dijo durante una entrevista en 2001 que, al contrario de lo que decía la policía, ella no se dedicaba a temas políticos y mucho menos pretendía ser una intermediaria al servicio de la causa comunista. La historia de Julia, probablemente la única persona que regresó a Brasil de este grupo que salió forzosamente de Brasil en 1937, nos ayuda a comprender un poco el universo represivo al que fueron sometidos muchos españoles en este país.
IIS