Carta de Francisco Franco a Getúlio Vargas

Durante los tres años de conflicto, el Gobierno de Getúlio Vargas mantuvo oficialmente relaciones diplomáticas con la República española, a pesar de las simpatías que importantes sectores de las élites políticas brasileñas tenía por el movimiento rebelde. Las directrices de la política exterior brasileña se concentraron en manos del presidente Getúlio Vargas quien, que -si bien demostró afinidades personales con el nazifascismo, y estaba al frente de un gobierno que tenía similitudes en cuanto a elementos inherentes al autoritarismo, como la propaganda política y la represión-, llevó una política exterior pragmática, lo que nos lleva a entender su postura ante el conflicto español.  

El pragmatismo de la política exterior no impidió que las acciones internas se dirigieran hacia la vigilancia y la criminalización de las actividades realizadas por los republicanos españoles en Brasil. Buscando responder a una petición del secretario de Estado estadounidense, Cordell Hull, Brasil también envió diez mil sacos de café a la España republicana que, según informaciones de diplomáticos españoles, salió del puerto de Santos el 20 de noviembre de 1938. Pero las simpatías personales de Vargas hacia los rebeldes españoles afloraron con la autorización para enviar toneladas de café y azúcar a las zonas del territorio español controladas por Franco. En una carta personal a Vargas, Franco le agradeció la donación y prometió mantenerla en secreto, tal como le había solicitado. El excedente de café brasileño permitió realizar estas donaciones con el objetivo de fortalecer la imagen del país como benefactor humanitario y reducir excedentes del producto. 

Una reciente investigación realizada por el historiador Ángel Viñas demuestra que una parte considerable de la riqueza que el dictador Francisco Franco acumuló a lo largo de su vida provino de la venta de 600 toneladas de café donadas por Brasil a la población española. Al intentar reconstruir las fuentes del enriquecimiento del dictador, Viñas se sorprendió con los documentos que atestiguan que Franco, en 1939, vendió a la Comisaría de Abastecimiento y Transportes (CAT) el café que debía estar destinado al pueblo. Según el historiador, el 20 por cien de la fortuna del Caudillo se acumuló en base a estos negocios.  

En marzo de 1939, el Gobierno brasileño reconoció al Gobierno franquista, después de que lo hicieran los países europeos y Estados Unidos.