Pañuelo de colores de la Segunda República

Los debates de la memoria en España en este milenio han tendido a estar enfocados en el legado de símbolos franquistas en los paisajes urbanos y rurales del país y en el olvido de las víctimas de la represión, especialmente los asesinados ilegalmente primero y luego dejados en fosas comunes por todo el país. La memoria de la Segunda República ha sido menos prevalente, aunque la bandera tricolor se ha convertido en un símbolo de protesta política y social y cambio económico. Este pañuelo nos recuerda que su estatus icónico no es nada nuevo. Fue usada durante las protestas anti-globalización en Barcelona en 2002, luego en manifestaciones contra la participación española en la invasión americana de Irak en 2003, y de nuevo por los indignados durante las protestas de 2011. La bandera republicana es un símbolo para el activismo de base, lo que es evidente por ejemplo en el grupo de Facebook Spanish Republic.

La memoria de la Segunda República permaneció viva entre las comunidades de exiliados que se vieron obligados a dejar el país en 1939, pero dentro de España, la memoria de la Guerra Civil y la dictadura franquista han tendido a eclipsar a la de la República que les precedió. Pocas iniciativas han celebrado por ejemplo la fecha histórica del 14 de abril, cuando se proclamó la Segunda República, o celebrado sus logros. El cine y la literatura españoles, que se han centrado poderosamente en recuperar a las víctimas olvidadas de la Guerra Civil y la dictadura, han tendido a presentar a la Segunda República como un simple preámbulo para la acción, por ejemplo, en La lengua de las mariposas de José Luis Cuerda o en Belle Époque de Fernando Trueba. No obstante, a nivel cívico local la memoria de la Segunda República persiste. En diciembre de 2005, la ciudad valenciana de Elche ganó la lotería de navidad con “el número de la República”. Su Ateneo Republicano, que elige este número todos los años, ganó 14.000 euros.