Cementerio de Paracuellos
Repository: Wikimedia Commons
Creator: Sancho Panza XXI
Date Created: 2008-01-30
Type: Cemeteries
Extent: 1 item
Geographic Region: Paracuellos de Jarama, Madrid, Spain
40.50485, -3.53176
La inmensa cruz al fondo de la foto puede ser vista claramente por el viajero que salga de o llegue al aeropuerto internacional de Madrid, que está a menos de diez kilómetros de distancia. La cruz preside el Cementerio de los Mártires de Paracuellos que se construyó después de la guerra encima de las siete fosas que contenían los restos de las 2.500 personas asesinadas por los republicanos entre el 7 de noviembre y el 5 de diciembre de 1936 por ser simpatizantes de los rebeldes.
Con las fuerzas rebeldes en las afueras de Madrid, el 6 de noviembre el Gobierno de la República se trasladó a Valencia, dejando la capital bajo la Junta de Defensa de Madrid (JDM) encabezada por el General José Miaja. Esta incluía a representantes de todas las fuerzas políticas que apoyaban la República. La consejería de Orden Público quedó en manos del líder de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) Santiago Carrillo, quien tenía 21 años entonces, y quien entre 1960 y 1982 sería el líder del Partido Comunista.
Empezando el día 7, se sacaron a los prisioneros de las cárceles, supuestamente para trasladarlos a sitios más seguros. Sin embargo, los llevaron en camión a Paracuellos del Jarama, a unos 25 kilómetros del centro de la capital y los fusilaron en las afueras del pueblo. Antes de morir, los prisioneros podían ver los cuerpos de los que habían sido asesinados antes y que seguían sin ser enterrados. El día 10, el flamante director de prisiones, el anarquista Melchor Rodríguez, a quien algunos franquistas luego dieron el apodo de el “Ángel Rojo”, hizo interrumpir las matanzas, pero empezaron otra vez cuando el Ministro de Justicia, el también anarquista Juan García Oliver, destituyó a Rodríguez. Se acabaron del todo cuando aquel reasumió el cargo a principios de diciembre.
Los responsables de las matanzas fueron los miembros del Comité Provincial de Investigación Pública (CPIP), uno de los muchos tribunales revolucionarios que se crearon después de la rebelión militar de julio y el posterior trastorno de las estructuras del Estado. Los miembros del CPIP eran una mezcla de obreros y clases medias, hombres en su gran mayoría entre los 20 y los 30 años, de tendencias políticas distintas, sobre todo anarquistas, comunistas y socialistas. Las matanzas protagonizadas por el CPIP no comenzaron en Paracuellos, pero estas fueron de una escala muy superior a las anteriores.
Las matanzas de Paracuellos fueron la peor atrocidad que tuvo lugar en la zona republicana y han sido muy controvertidas durante mucho tiempo. Algunos autores de derechas las han comparado con el masacre de Katyn durante la Segunda Guerra Mundial y se la ha llamado hasta un “genocidio de izquierdas”. Pero las controversias llegan también a los historiadores profesionales nada sospechosos de simpatías franquistas. Hay una serie de preguntas en juego. ¿Fueron las matanzas planeadas o fueron una respuesta improvisada al ataque franquista a Madrid y el temor a las actividades de la supuesta “quinta columna” dentro de la ciudad? ¿La decisión de matar a los prisioneros, la tomaron los líderes de la JSY y los anarquistas, o estuvieron implicados agentes soviéticos? ¿Cuál fue el papel preciso de Santiago Carrillo y su número dos, José Cazorla, de la JDM y del Gobierno de la República?