Zapatos para niños vascos
Repository: The Modern Records Centre, University of Warwick, Coventry, England
Creator: Taylor, Albert
Contributor: Rossendale Union of Boot, Shoe and Slipper Operatives
Source:
Fond or Collection
Archives of the Trades Union Congress, Spanish Conflict: Basque Children 1937-1938 Folder
Reference Code
292/946/37/143
Date Created: 1937-06-07
Type: Letter
Extent: 1 item
Geographic Region: London, England
51.509865, -0.118092
Fechada el 7 de septiembre de 1937, esta breve carta ofreciendo “gran cantidad de zapatos para los niños vascos”, lleva la firma de Albert Taylor, del Sindicato de Zapateros de Rossendale, un pueblo del condado de Lancashire. Fue dirigida a Walter Citrine, secretario del Congreso de Sindicatos (TUC), la imponente federación sindical asociada con el Partido Laborista.
Los niños vascos que el Sr. Taylor menciona fueron los 3.840, de entre 5 y 16 años de edad, que habían llegado a Southampton dos semanas antes a bordo del SS Habana, un barco que normalmente llevaba solo 800 pasajeros. El viaje fue organizado por el Comité Nacional Conjunto de Asistencia España, una organización civil no partidista. Su primera tarea había sido convencer al Gobierno británico de permitir que refugiados de la guerra española entraran en el país. El Gobierno decía que se trataba de una violación de la política de No Intervención pero acabó accediendo, aunque insistió en que los promotores garantizaran pagar semanalmente 10 chelines por niño, unos 30 libras en dinero de hoy, para cubrir los gastos de vivienda, alimentación, y educación. Se creó entonces el Comité pro Niños Vascos que se dedicó a esta tarea.
Al llegar, los niños fueron llevados al campamento de North Stoneham en las afueras de Southampton que unos voluntarios habían construido de la nada en solo dos semanas. De allí se las mandó a unas 100 colonias distribuidas por todo el Reino Unido. El Ejército de Salvación y la Iglesia Católica jugaron un papel importante. También los sindicatos, empresas y muchas organizaciones voluntarias distribuidas por todo el país. El campamento de North Stoneham se desmontó en septiembre de 1937.
Los niños que viajaron a Inglaterra en el Habana representaron sólo una pequeña parte de los 34.000 que se evacuaron a varios países, a partir de la primavera de 1937, mientras las fuerzas franquistas avanzaban por el norte de España. Con la ayuda del Comité para Recibir los Niños Españoles, organizada por la federación sindical francesa CGT, el Gobierno vasco mandó un primer grupo de 450 el 20 de marzo. Francia acabó recibiendo unos 20.000 niños, más que ningún otro país. Bélgica aceptó 5.000, la Unión Soviética 2.895, Suiza 430, y Dinamarca 100. México recibió 456.
El gobierno británico había acordado admitir a los niños vascos como una medida humanitaria excepcional, y bajo la condición de que volvieran a España cuando la situación se hiciera menos peligrosa. Para los franquistas, se trataba de niños robados y, para recuperarlos, en julio de 1938 la dictadura creó la Delegación Extraordinaria de Repatriación de Menores. Para 1949, más de 20.000 fueron devueltos. Solo la Unión Soviética y México se negaron a aceptar las demandas franquistas, aunque a partir de 1956 este último dejó que volvieran voluntariamente.
Los esfuerzos del régimen para repatriar a los niños evacuados formaron parte de sus “políticas de la Victoria.” Volver a España no quiso decir que los niños se reunieran con sus padres. Aquellos cuyos padres la dictadura había declarado políticamente sospechosos, generalmente acabaron en instituciones estatales o religiosas.