Argentina

Aunque desde el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, en la Argentina se habían advertido las señales que preanunciaban un violento choque en España, la perplejidad frente al estallido de la guerra civil y los trágicos acontecimientos de las primeras semanas se tradujo en una activa cuanto diversa toma de posiciones de toda su sociedad. Y ello fue así no sólo por las vinculaciones ideológicas que relacionaban a los sectores vernáculos y transnacionales -como el catolicismo, la derecha y el nacionalismo, el comunismo, el anarquismo, el socialismo- con el enfrentamiento entre las fuerzas fascistas y prodemocráticas, sino porque la Argentina, además de su antigua colonización hispana, albergaba el más numeroso grupo de emigrados españoles del mundo, fruto de cincuenta años que se extendieron entre 1880 y 1930 de millones de embarques que, tras el sueño de “hacer la América”, habían elegido el país austral. “La Argentina era como una enorme proyección de España y, en Buenos Aires solamente, vivían más gallegos que en Santiago de Compostela”, en palabras del dirigente político e historiador Enrique Pereira.