Refugiados republicanos llegan a Chile
Repository: Archivo Nacional de la Administración, Santiago, Chile
Creator: Mercier Suárez, Juan
Repository: Fondos documentales del Ministerio de Relaciones Exteriores y Ministerio del Interior
Source:
Reference Code
Volumen 4.179
Date Created: 1939-08-31
Type: Report
Extent: 1 item
Geographic Region: Arica, Chile
-18.47853, -70.32114
Este documento del Archivo Nacional de Chile contiene la lista de los 23 hombres, tres mujeres y un niño que desembarcaron del SS Winnipeg en el puerto de Arica el 30 de agosto de 1939. Formaron parte de los 2.072 españoles, la mayor parte de los cuales habían salido de los campos de concentración franceses, que viajaron a Chile en ese barco francés.
En Europa, poquísimos países abrieron sus fronteras a los refugiados republicanos. Los que llegaron a Francia o sus posesiones africanas fueron internados de forma inmediata. La Unión Soviética aceptó a unas 1.400 personas, todas cuidadosamente escogidas, entre ellas figuras importantes del Partido Comunista, además de los 3.000 niños que había recibido ya.
Los países latinoamericanos fueron más acogedores, aceptando unos 59.000 refugiados españoles. A México, que había recibido 4.456 niños en 1937, fueron 22.000 personas, el mayor número con diferencia. Después de unas reticencias iniciales, Argentina aceptó 10.000. La República Dominicana, Cuba, Venezuela, y Colombia tomaron grupos más limitados.
En Chile, la decisión de admitir a los españoles provocó un fuerte debate en el parlamento, pero la situación política allí no tenía nada que ver con la francesa. En 1937 había sido elegido un Gobierno del Frente Popular dirigido por Pedro Aguirre Cerda, y fue el Presidente Cerda quien nombró al poeta Pablo Neruda Cónsul Especial para la Inmigración Republicana a Chile. Para organizar el viaje, Neruda colaboró con el Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles (SERE), que el Presidente Juan Negrín había establecido en París en febrero de 1939.
El barco que se fletó, se construyó en Dunkerque en 1918 y como era un buque de carga, hicieron falta muchos cambios para acoger a tantos pasajeros. Zarpó del Puerto francés de Pauillac el 4 de agosto de 1939 y, después de dejar a este pequeño grupo en Arica siguió hacia Valparaíso, donde llegó el 3 de septiembre.
Los refugiados españoles que llegaron a los países latinoamericanos contribuyeron a sus nuevos hogares en varios aspectos pero, sobre todo en los campos culturales e intelectuales. Entre los pasajeros del Winnipeg estaba Juan Balmes, de 12 años. Su padre era miembro de Izquierda Republicana, el partido de Manuel Azaña, y sirvió como alcalde del pueblo de Montesquiu (Girona). El joven Balmes acabó siendo un pintor muy distinguido. En 1973, como muchos otros españoles que habían llegado a Chile en 1939, tuvo que exiliarse otra vez para escapar del golpe del General Pinochet. Esta vez el exilio le llevó a París donde vivió hasta que pudo volver a Chile en 1986.
La memoria del Winnipeg sigue viva en Chile debido en parte a las propias experiencias de este país de dictadura y exilio. En 2019, la escritora Isabel Allende publicó su novela El largo pétalo del mar, basada en la historia de los refugiados españoles que viajaron en el Winnipeg, y cuyo título viene de un poema de Neruda. Ese mismo año se montaron una gran variedad de actividades para celebrar el 80 aniversario del viaje, entre ellas una recreación de la llegada del barco a Valparaíso y la instalación de un mural titulado Los viajeros del Winnipeg en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago.