La solidaridad del pueblo británico con la España republicana
Repository: Warwick Digital Collections, University of Warwick, Coventry, England
Creator: Peacock, W. Arthur
Creator: Jeger, George
Contributor: Spanish Medical Aid Committee
Repository: Political Pamphlet Collection
Source:
Reference Code
JD 10.P6 PPC 2074
Date Created: 1938-12-28
Type: Pamphlet
Extent: 1 item
Geographic Region: London, England
51.50732, -0.12765
En contraste con la actitud del gobierno conservador del premier Stanley Baldwin de negar ayuda a la República Española y propiciar un Acuerdo de No Intervención que acabó perjudicándola gravemente, amplios sectores de la sociedad británica, sobre todo laboristas e izquierdistas, aunque también liberales y conservadores, mostraron desde el inicio de la guerra su solidaridad con una República a la que consideraban víctima del fascismo rampante en Europa, mientras consideraban la Guerra de España como el primer enfrentamiento entre democracia y fascismo.
Esta solidaridad adquirió diferentes formas. Alrededor de dos mil voluntarios -la mayoría de ellos de clase obrera, incluyendo desempleados y mineros, aunque también otros de clase media- llegaron a la Zona Republicana burlando la prohibición expresa y legal del Gobierno británico para combatir en el seno de la Brigadas Internacionales -British Battalion de la XV Brigada Internacional- o en otras unidades de milicias de partido o del Ejército Popular. De entre los escritores que combatieron en las filas republicanas y que dejarían huella de su lucha en sus trabajos destacaron W.H. Auden, George Orwell, John Cornford, Stephen Spender o Christopher Caudwell, entre otros.
Otra fuente de solidaridad fueron los innumerables comités de ayuda a la República que se establecieron en suelo británico, en buena parte auspiciados por el Partido Comunista, el Laborista, sindicatos mineros, cuáqueros y otros, que enviaban suministros alimenticios y médicos, así como fondos, y organizaron la acogida de niños españoles para salvarlos de los bombardeos franquistas sobre la población civil. Igualmente, se establecieron organizaciones como el Spanish Medical Aid Committee creado por la Socialist Medical Association, y se enviaron equipos de médicos y enfermeras -siendo una de ellas Patience Darton- que actuaron en los hospitales de sangre que regentaban el Gobierno republicano y otros grupos.
Conforme avanzaba la guerra y había quedado ya completamente clara la implicación de las potencias fascistas de ayudar a Franco, personajes como la duquesa de Atholl, John Haldane, George Strauss, Margery Corbett-Ashby, Eileen Power, Richard Acland, Vernon Bartlett, Richard Stafford Cripps, Josiah Wedgwood, Victor Gollancz, Kingsley Martin, Violet Bonham Carter y R. H. Tawney firmaron el 18 de enero de 1938 una carta en el Manchester Guardian una carta en la que demandaban que Gran Bretaña y Francia levantasen el embargo en la venta de armas a la República y la ayudasen. No fueron escuchados.
Sin embargo, no toda la solidaridad británica estuvo dirigida al bando republicano. También hubo -si bien que en número escaso- combatientes voluntarios en las filas franquistas -el ejemplo más importante de los cuales lo representó Peter Kemp-, así como médicos y enfermeras -como fue el caso de Priscilla Scott-Ellis.