Espionaje británico en España durante la Segunda Guerra Mundial
Source:
Archivo del Tribunal Militar Intermedio de Ferrol, Causa Asturias 558-43
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La Península Ibérica se convirtió en objetivo prioritario para la inteligencia británica a finales de la primavera de 1940 debido a su localización estratégica, además de la prioritaria defensa de Gibraltar, en el contexto de un Reino Unido a la defensiva después de la derrota francesa. Por ello, los británicos crearon enormes redes de inteligencia en la Península Ibérica, así como grupos de Servicios de Operaciones Especiales, entrenados en su país, dispuestos a actuar especialmente en los principales puertos españoles que servían de refugio y apoyo a los barcos y submarinos del Eje.
El papel de la Península cambió tras el desembarco aliado del norte de África en noviembre de 1942 y el acuerdo con Salazar en agosto de 1943 para la utilización por parte de americanos y británicos de bases en las islas Azores. Todo ello, junto a la presión estadounidense sobre Gran Bretaña para que forzase a Franco a abandonar el poder, provocó el ultimátum del 20 de aquel mes, dado al dictador español por el embajador británico Samuel Hoare en una visita urgente al Pazo de Meirás, donde veraneaba el dictador, en la que le exigió que rectificase su política proalemana. En vez de volver a Madrid, Hoare partió hacia Londres sin fecha de regreso, provocando así la mayor crisis hasta aquel momento en las relaciones bilaterales.
Las amenazas surtieron efecto, pero Franco utilizó el descubrimiento ese verano -gracias a los servicios de la Gestapo- de la Red Sanmiguel para reforzar su posición negociadora. El acuerdo con Gran Bretaña fue que los servicios de inteligencia de esta podrían seguir actuando en España siempre y cuando no trabajaran en contra del régimen. A partir de entonces, la presión aliada sobre la dictadura remitió, permitiendo a Churchill ir adaptando su discurso y moderando su política hacia el régimen español desde mitad del año 1944. Desde entonces, el papel de la Península, y por lo tanto de las redes de resistencia potencial y espionaje, pasaron a ser secundario después de que los ejércitos aliados, después de desembarcar en Normandía, comenzaron su avance en la Europa continental.
EGS