Tanque T-26 soviético
Repository: Centro Documental de la Memoria Histórica, Salamanca, Spain
Repository: Colección de fotografías del Ejército Popular de la República
Source:
Reference Code
ES.37274.CDMH/23
Type: Photographs
Extent: 1 item
Geographic Region: Madrid, Spain
40.4167, -3.70358
El 15 de agosto de 1936, el Reino Unido prohibió la exportación de armas a España. Francia había hecho lo mismo una semana antes. Con esta decisión se sellaba el futuro de la República porque mientras Alemania e Italia estaban enviando hombres y material de forma constante a los rebeldes, el Gobierno legítimo del país quedaba aislado internacionalmente y condenado a una derrota segura. La República buscaba armas con desesperación. Lo intentaba en los canales oscuros de los mercaderes internacionales, y a menudo sólo conseguía ser víctima de estafas o pagaba precios desorbitados por material de dudosa calidad. Ni siquiera el petróleo comprado en los Estados Unidos llegaba a sus puertos, pues las compañías americanas comenzaron a desviarlo hacia los controlados por Franco. Mientras tanto, las tropas rebeldes avanzaban con rapidez por Extremadura hacia Madrid gracias a la profesionalidad del ejército colonial y al nuevo material, en especial aviones, que estaba llegando y que le daba superioridad contra las poco profesionales y pobremente armadas tropas republicanas.
La Unión Soviética se convirtió en la última esperanza de la República. El problema era que Stalin no tuvo inicialmente mucho interés en el conflicto. La Unión Soviética se adhirió al Pacto de No Intervención en agosto y durante semanas, a pesar de su obvia violación por parte de Alemania e Italia, lo respetó. Solo a mediados de septiembre autorizó que se formasen las Brigadas Internacionales. En algún momento a finales de ese mes se decidió a armar la República. Habían pasado más de dos meses desde el envío a España de la ayuda nazi y fascista.
Los primeros tanques y aviones soviéticos llegaron a España a mediados de octubre. Fueron desembarcados en Cartagena, el puerto más importante durante toda la guerra para el esfuerzo bélico republicano. Con este material vinieron también los primeros instructores soviéticos. En total llegaron unos 2000 hombres durante toda la guerra. El número de tanques soviéticos fue muy similar al de alemanes e italianos, pero eran de mucha mejor calidad. Sin embargo, el número de aviones (unos 700), fue netamente inferior, quizás la mitad. Los aviones soviéticos gozaron de una superioridad tecnológica inicial clara pero quedaron obsoletos ante el progreso de los modelos alemanes. En cambio, el resto del material soviético fue de una calidad muy inferior a los suministrados por las potencias fascistas. Muchas armas habían sido fabricadas incluso antes de la Primera Guerra Mundial. Llegaron fusiles muy viejos y de hasta seis calibres distintos. Las ametralladoras se atascaban y los cañones estaban desgastados. La artillería antiaérea también fue muy deficiente.
La República, a diferencia de los franquistas, tuvo que pagar estos suministros al contado, en este caso con las reservas de oro del Banco de España. También a diferencia de los franquistas, estas armas llegaron por una ruta marítima larga y peligrosa, acechados por la marinas italianas y alemanas. En ocasiones, cuando vinieron por tierra, quedaron retenidos en las aduanas francesas. La República nunca tuvo un suministro suficiente, de calidad y garantizado para armar sus tropas.