Lugares de la memoria oculta de los verdugos
Creator: Palacios, Antonio
Source:
Fondo HISTAGRA, Jacobo Bujarín
Date Created: 1909
Extent: 1 item
42.88042, -8.54586
En la Alameda de Santiago de Compostela, se conserva una sola de las edificaciones construidas para la Gran Exposición Regional Gallega, de 1909: la que constituyó el Pabellón de Recreo Artístico e Industrial, una obra modernista de Antonio Palacios, ideada como un espacio de ocio con café, restaurante y salón de baile. Con el paso del tiempo, ha cambiado de usos y funciones, acogiendo al laboratorio municipal, al primer cinematógrafo de la ciudad, a una cafetería y, después de julio de 1936 al cuartel de Falange compostelana.
Sí, lo que en la actualidad y desde los años 1970 es la escuela infantil de Santa Susana albergó en su interior la sede de la organización política más identificada con la violencia golpista, persiguiendo, deteniendo, torturando y asesinando a muchos ciudadanos y a los representantes de los poderes legítimos locales. La construcción ha sido reformada en varias ocasiones, la última de ellas en el año 2018 tratando de recuperar elementos del edificio original sin perturbar su uso actual. No obstante, no se ha incorporado todavía ningún elemento material en la edificación que favorezca una didáctica democrática de sus usos vinculados al pasado incómodo.
Significativamente está localizado a escasos metros de las “Marías”, el grupo escultórico más icónico, visitado y fotografiado de Compostela que representa a las hermanas Maruxa y Coralia Fandiño Ricart. Muy conocidas y populares entre los años cincuenta y setenta, por sus paseos, siempre a las dos en punto, sus maquillajes y coloridas vestimentas en un contexto en donde todo lo que se saliese bajo la “norma”, era considerado “estrafalario” y provocativo. Aquellas costureras sufrieron repetidamente la persecución y la violencia de golpistas y falangistas; de sus tres hermanos, dirigentes anarcosindicalistas, uno logró escapar por barco y exiliarse y los otros dos fuxidos primero, encarcelados después durante años. Siempre perseguidos, torturados y vejados como sus hermanas. Pero nada, salvo el recuerdo que se va y la historia que se escribe, une aún en la Alameda compostelana el espacio de persecución y tortura de los verdugos con las esculturas de ambas hermanas.
LFP/CLS