Barcelona, 19 de julio, 1936
Creator: Torrents, P. Luis, 1891-1966
Repository: Archivo Fotográfico de Barcelona
Date Created: 1936-07-19
Type: Photograph
Extent: 1 item
41.38289, 2.17743
La madrugada del 19 de julio de 1936 se inició la Guerra Civil en Cataluña. Los aproximadamente 5.000 efectivos de la guarnición militar de Barcelona se sublevaron, comandados por Álvaro Fernández Burriel y Justo Legorburu Domínguez-Matamoros. A ellos se les sumaron, aunque con ciertas dosis de pasividad y algunas dudas, el resto de las guarniciones militares en Cataluña, concretamente en las ciudades de Girona, Tarragona, Lleida, La Seu d’Urgell y Mataró. Girona y Lleida fue donde la sublevación progresó más, mientras que en Tarragona se vivió la situación inversa, aunque en todos los casos depusieron las armas tras la derrota de la sublevación en Barcelona. En la capital catalana, los sublevados se dirigieron hacia el centro de la ciudad, llegando a ocupar la céntrica Plaza Cataluña. No obstante, la reacción institucional y ciudadana fue inmediata y estuvo marcada por una dinámica de colaboración, en gran medida porque se tenía conocimiento de los preparativos de la sublevación.
A nivel institucional, el Gobierno autonómico de la Generalitat de Catalunya movilizó a la Guardia de Seguridad y de Asalto, con sus 2.000 efectivos, el primer cuerpo que se enfrentó a los sublevados, junto con los Mossos d’Esquadra. Posteriormente, pero no de forma inmediata, se les unieron los miembros de la Guardia Civil, que en el caso de Barcelona eran unos 1.500 efectivos mientras ciudadanos armados ocupaban numerosas calles de las zonas obreras de Barcelona (Poblesec, Poblenou, Paral·lel y Sant Andreu). Pertenecían a la hegemónica y anarcosindicalista Confederación Nacional de Trabajo (CNT) así como socialistas, comunistas ortodoxos y heterodoxos, así como liberales republicanos nacionalistas (algunos separatistas). Disponían de pocas armas, pero su papel fue clave como apoyo a las fuerzas del orden.
Los Guardias de Asalto fueron determinantes en los combates del 19 de julio en Barcelona, tal y como recoge la poco conocida fotografía de Pau Lluís Torrents, que fueron intensos e incluyeron numerosas barricadas. A medida que transcurrían las horas, la movilización ciudadana aumentó exponencialmente, así como su disponibilidad de armas tras asaltar los cuarteles de Sant Andreu -con 30.000 fusiles- y, también, del Bruc. Los enfrentamientos se prolongaron hasta el 21 de julio, aunque el día 20 la sublevación estaba notablemente debilitada.
Los principales autores de la sublevación fueron detenidos, incluyendo al general Manuel Goded que se había trasladado desde Palma de Mallorca a Barcelona para dirigir la sublevación en el conjunto de Cataluña. La Generalitat quedó superada por esta movilización civil y buscó un mecanismo para compartir la nueva realidad con la creación de Comités de Milicias Antifascistas a nivel municipal que ejerciesen como entidad surgida de la movilización ciudadana en cada pueblo y ciudad tras la lucha contra la sublevación militar. Estos comités y la Generalitat cooperaron en algunos aspectos -como seguridad interior- pero se ignoraron en muchos otros a la hora de gestionar la nueva realidad revolucionaria surgida tras el fracaso de la sublevación militar en Cataluña.
JPF