Lucha callejera, Barcelona
Repository: Hemeroteca Municipal de Madrid
Date Created: 1936-07-19
Type: Newspapers
Extent: 1 item
Geographic Region: Barcelona, Spain
41.38289, 2.17743
La trayectoria del golpe de Estado en Barcelona fue breve pero intensa y tuvo resultados cruciales para el desarrollo de la guerra.
Los conspiradores sabían que sus posibilidades de triunfo en Barcelona eran escasas. Los problemas de los golpistas estribaban en los siguientes factores: el general al mando de la división, Francisco Llano de la Encomienda, se mantenía leal, las fuerzas del orden público –sobre todo la Guardia de Asalto- también, y lo mismo ocurría con la Aeronáutica, y, por último, la ciudad era un foco de activismo obrero con experiencia de lucha directa y que fácilmente podía poner a miles de militantes en la calle. Por el contrario, los golpistas contaban en principio con otros factores a su favor: sorpresa, el compromiso de muchos oficiales con mando directo y, se esperaba, la actitud positiva de la Guardia Civil. Les fallaron dos de estos tres factores.
Barcelona se preparaba para una fiesta obrera y militante que debía comenzar el 19 de julio con la inauguración de la Olimpiada Popular, una respuesta izquierdista, antirracista y anticolonialista a los Juegos Olímpicos de Berlín. Unos 6.000 atletas estaban listos para participar. La Olimpiada nunca comenzó, pues fue precisamente el día de la inauguración cuando comenzaron los combates. Sin embargo unos 200 de estos deportistas de todo el mundo, sobre todo judíos y exiliados de Italia y Alemania, se quedaron para luchar contra el fascismo.
El factor sorpresa faltó a los militares porque la asonada empezó antes de lo que esperaban, en Melilla, el 17 de julio. Durante el día 18 siguieron los acontecimientos a medida que en otras plazas y guarniciones se desarrollaba el golpe. Cuando por fin sacaron sus tropas a la calle, en la madrugada del día 19, el Gobierno de la Generalitat estaba sobre aviso y los sindicatos, en especial la CNT, comenzaban a levantar barricadas. Las columnas militares rebeldes se componían además de soldados a los que sus oficiales les habían mentido, diciéndoles que iban a sofocar una rebelión o desfilar en la Olimpiada. No querían luchar y pronto se encontraron inmersos en enconados combates por las calles de la ciudad que les impedían avanzar. La llegada desde Mallorca en hidroavión del general Manuel Goded para hacerse cargo de la rebelión al mediodía del 19 solo consiguió prolongar unas horas una derrota que ya era evidente. Porque no solo luchaban contra los rebeldes policías, obreros, aviadores y soldados que se pasaban de bando sino también la Guardia Civil que se mantuvo fiel al Gobierno.
En las luchas del día 19 los anarquistas se hicieron con al menos 30.000 fusiles y varias piezas de artillería. Ellos fueron los verdaderos vencedores de los combates. El 21 de julio constituían junto a otros sindicatos y partidos el Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña, que durante los dos meses siguientes vivirá en una dualidad de poderes con la Generalitat, el Gobierno legítimo del Estado. Había comenzado la revolución.