Los procesos militares
Source:
Archivo Intermedio Militar del Noroeste (Patrimonio Cultural de Defensa-Archivos, Bibliotecas, Museos
Extent: 1 item
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La función de la justicia militar en la planificación y ejecución del Golpe tuvo mucho que ver con la búsqueda de la participación social en el proceso de identificación y castigo del “enemigo”. En este caso, la acusación bajo la etiqueta “rebelde” les permitió reconvertir, mediante un proceso denigrante, lo que antes era autoridad, después sería “rebelde”. Los juicios fueron también un recurso clave para promover una heterogénea participación social y tuvieron la capacidad de modelar y alterar la nueva realidad que surge con la ejecución del Golpe. La voz de los auditores y fiscales orquestaron dichos procedimientos, bajo la tutela y dirección de los jefes de las Divisiones Militares, que controlaron todo el desarrollo de la justicia militar.
La temporalidad y las características de este tipo de procedimientos dan buena cuenta del papel de la jurisdicción castrense en la lógica violenta del golpe de Estado. La gran mayoría de los procesados lo fueron bajo acusaciones por delito de rebelión. La instrucción de los juicios comenzó de forma paralela al desarrollo del golpe y su ritmo descendió conforme avanzó la guerra y se consolidaron las retaguardias. En Galicia, las ejecuciones por pena de muerte aglutinaron un tercio del total de los asesinatos, entre 1936 y 1939. No fueron las condenas más numerosas, en términos cuantitativos, pero sí las más inmediatas, fruto de sumarios que se desarrollaron de una manera ágil, dinámica, con un gran volumen de diligencias, con elevados niveles de participación social y mediante acusaciones de carácter colectivo.
Los golpistas concibieron los juicios como eventos públicos a los que buscaron dar gran visibilidad. Para lograr este objetivo, sacaron los consejos de guerra de los cuarteles para ocupar importantes sedes del poder civil o de la justicia común, como el Palacio de Justicia de A Coruña o el Palacio de la Diputación de Pontevedra. Fueron muchísimos los procedimientos incoados, llegando a celebrarse varios consejos de guerra en un día en diferentes plazas militares.
Se trata de una documentación rica, que recoge información muy heterogénea y completa y que tenemos a nuestra disposición como ciudadanos en las diferentes instalaciones militares que asumieron esta competencia: el Tribunal Militar Territorial IV con sede en A Coruña y depositados y custodiados por el Archivo Intermedio Militar de él Noroeste, en Ferrol. Actualmente ocupan, junto el resto de los fondos, gran parte de los 13 depósitos que albergan 7.600 metros lineales de documentación y 57.000 unidades de instalación.
CLS