Guernicaplatz
Creator: Berlín-Zehlendorf District Council
Source:
Wikimedia Commons
Date Created: 1998
Type: Street Sign
Extent: 1 item
Al otro lado del Telón de Acero, es decir, en la República Federal de Alemania (RFA), los antiguos brigadistas y el recuerdo de su participación en la Guerra Civil española desempeñaron un papel mucho menor, que también estuvo sujeto a cambios significativos en función del clima político.
Sobre todo en la primera fase de la República Federal, los años cincuenta y sesenta, la representación de la Guerra Civil española en general estaba fuertemente influenciada por el conflicto ideológico de la Guerra Fría, que había identificado al comunismo como principal adversario. El régimen de Franco se convirtió en un aliado de Occidente, lo que solía ir acompañado de una percepción ideológicamente distorsionada de la guerra civil. Por ello, no es de extrañar que los antiguos brigadistas fueran no solamente difamados como “combatientes de la España Roja” (Rotspanienkämpfer) sino también discriminados de forma escandalosa –sobre todo en comparación con los veteranos de la Legión Cóndor– a la hora de calcular las prestaciones de jubilación.
Esta imagen empezó a cambiar solo a finales de los años sesenta, cuando, por un lado, llegó al poder la primera coalición social-liberal de Willy Brandt, quien estuvo en España como corresponsal de guerra para unos periódicos noruegos, y, por otro, se inició una nueva coyuntura del examen crítico del pasado nazi. Mientras el gobierno de Brandt mejoraba la situación de las pensiones de los antiguos brigadistas, surgieron nuevos estudios en la historiografía centrados principalmente en la participación alemana en la Guerra Civil española y sus consecuencias. En este contexto, la destrucción de la ciudad vasca de Guernica por la Legión Cóndor y la cuestión de la autoría del bombardeo, cuestionada desde el principio, adquirieron un importante significado simbólico. El estado actual de la investigación es que la principal responsabilidad recayó en la cúpula de la Legión, pero que las autoridades militares del “bando nacional” fueron corresponsables.
El papel simbólico del caso de Guernica para la conciencia pública en la Alemania Occidental se vio reforzado por la superación de la dictadura franquista en España a partir de mediados de los años setenta. Fue por primera vez en abril de 1977 que los habitantes de aquella ciudad pudieran conmemorar públicamente a las víctimas del bombardeo. Y anticipándose a un gesto de reparación histórica, también hicieron en esta ocasión un llamamiento al gobierno alemán. Pero, a pesar de declaraciones de otro tipo, éste se mantuvo reservado durante mucho tiempo. Sólo diez años más tarde, con ocasión del 50 aniversario del bombardeo, y gracias a una iniciativa del Partido Verde desde la oposición, el gobierno de Helmut Kohl prometió apoyo material al proyecto de un centro de encuentro para la paz y la reconciliación previsto en Guernica. En realidad, sin embargo, incluso esta promesa quedó en papel mojado, y no fue hasta 1996 cuando el gobierno alemán definitivamente decidió prestar apoyo financiero, del que en esta ocasión se benefició un centro deportivo.
El acto final en la trayectoria de Guernica como lugar de memoria alemán fue marcado por una carta dirigida por el entonces presidente alemán Roman Herzog a los habitantes de Guernica con motivo del 60 aniversario del bombardeo, en la que reconocía la responsabilidad alemana y pedía la reconciliación. Un año más tarde, en 1998, el consejo del distrito de Berlín-Zehlendorf decidió dar a la esquina de Spanische Allee y Breisgauer Straße el nombre de Plaza de Guernica (Guernicaplatz) para contrarrestar una histórica denominación callejera (ver imagen). Porque, de hecho, la avenida, que antes se conocía como Wannseestraße, no pasó a llamarse Spanische Allee hasta 1939, con ocasión de la celebración del retorno de la Legión Cóndor.
SB