La Legión Condor
Creator: Royal Italian Air Force
Source:
Susato https://sustatu.eus/1301416718, CC-EY-SA
Date Created: 1937-03-31
Type: Photograph
Extent: 1 item
43.17071, -2.63349
A finales de octubre de 1936, Adolf Hitler decidió ampliar masivamente el apoyo militar a los insurgentes mediante el envío de una unidad aérea, más tarde conocida como la Legión Cóndor. Esta vez, la decisión no se tomó a petición del bando insurgente, sino que fue por iniciativa propia del dictador alemán, que presumiblemente pretendía contrarrestar la inminente intervención soviética al lado de la República, pero en cualquier caso acelerar al máximo la victoria de los rebeldes.
La organización de la unidad aérea corrió a cargo del Ministerio de Aviación del Reich, que seleccionó a los “voluntarios”. Como miembros de la Legión, los soldados podían reducir su periodo de servicio militar y recibían una paga adicional. Para mantener la operación en secreto, los aviadores viajaron a España vestidos de paisano y supuestamente como veraneantes. Llegados a España, se les dio un uniforme de color marrón-oliva, sin ninguna indicación de su origen.
A principios de noviembre de 1936, la Legión Cóndor, bajo el mando del General de División Hugo Sperrle (1885-1953), estaba lista para la acción y disponía de 100 aviones y 5.000 hombres. Al rotar los contingentes, un total de 19.000 soldados alemanes fueron desplegados en el teatro de guerra español. Además de apoyar las operaciones militares de los insurgentes, el teatro de guerra español se convirtió en un campo de pruebas para la Luftwaffe, permitiendo el “estreno” de aviones de combate de nuevo desarrollo, como el Messerschmitt Bf 109 y el infame bombardero en picado (Stuka) Junkers Ju 87.
La Legión Cóndor participó en todas las grandes batallas a partir de 1937, como la batalla de Bilbao, la batalla de Brunete, la batalla de Teruel y la batalla del Ebro. Uno de los primeros bombardeos de una ciudad desprotegida en el que participó la Legión Cóndor junto con bombarderos italianos fue el ataque a Durango el 31 de marzo de 1937, dentro de la ofensiva lanzada por los “nacionales” en el Frente Norte (ver imagen). Sin embargo, mayor notoriedad alcanzó el bombardeo de Guernica (Gernika) cuatro semanas después, convirtiéndose en símbolo de una nueva estrategia militar para sembrar terror y pánico en la población civil. Durante este ataque la capital histórica del País Vasco fue destruida casi por completo con bombas explosivas e incendiarias y sin necesidad militar. Aviones alemanes en vuelo rasante dispararon contra la población civil que huía. El 80% de los edificios quedaron destruidos y murieron unos 300 civiles. Los horrores de este ataque a una ciudad indefensa motivaron a Pablo Picasso a crear su famoso cuadro del mismo nombre, que el artista realizó poco después para el pabellón español de la Exposición Universal de París de 1937.
SB