Enfermeras de Emakume Abertzale Batza
Repository: Sabino Arana Fundazio, Bilbao, Spain
Date Created: 1937
Type: Photograph
Extent: 1 item
42.99118, -2.5543
La sublevación del 18 de julio de 1936 supuso, entre otras muchas cuestiones, la movilización de las mujeres en el contexto de la Guerra Civil en el País Vasco. Si bien es cierto que la participación directa de mujeres en el conflicto es casi testimonial, las labores asumidas por estas en la retaguardia fueron vitales en el desarrollo de la guerra. De esta manera, ante el estallido de la violencia las mujeres vascas comenzaron a movilizarse para dar cobertura a los hombres en los frentes y realizar labores de resistencia en la retaguardia. En el caso del País Vasco, las asociaciones femeninas creadas a lo largo de la Segunda República cobraron un gran protagonismo durante la guerra.
Las enfermeras de la organización del mujeres del PNV, Emakume Abertzale Batza, que aprecen en esta foto, son un ejemplo. En los últimos años de la República, el PNV había fortalecido algunas sus secciones de cara a un posible enfrentamiento armado. Así pues, las mujeres nacionalistas, que habían obtenido formación como enfermeras entre 1934 y 1936, en el inicio de la guerra se incorporaron en los hospitales del frente y de la retaguardia. También asumieron las labores de ayuda a los miles de refugiados llegados de otras provincias limítrofes y la evacuación de los menores de edad hacia destinos más seguros.
Por otra parte, desde el mundo de la izquierda ideológica también surgieron asociaciones femeninas que compartieron protagonismo con las emakumes durante el periodo de guerra en el País Vasco. Las mujeres republicanas que se habían afiliado a la Unión Republicana Femenina y a la Asociación de Mujeres de Torre Urizar (1932), ambas con vocación de promover las actividades cívicas en los barrios de Bilbao, pronto se implantaron en las tres provincias vascas. Por su parte, las mujeres comunistas se habían agrupado en torno a Mujeres Contra la Guerra y el Fascismo, creada por Dolores Uribarri en 1933. En el contexto de la guerra las asociaciones femeninas de ideología de izquierdas se fusionaron en torno a la Agrupación de Mujeres Antifascistas (1936). En Bilbao se editaron varios números del órgano de difusión de esta asociación llamado Mujeres, desde dónde se hizo propaganda antifascista en los territorios aún no ocupados por las tropas franquistas. Junto con estas labores de información y propaganda la izquierda femenina también realizó labores de asistencia en el frente y en la retaguardia.
Por último, la asociación anarquista Mujeres Libres, creada en 1936, también estuvo presente en el País Vasco. Una de las pocas mujeres vascas de la que hay constancia de hubiera luchado en el frente fue la anarquista Casilda Hernáez, nacida en Zizurkil (Gipuzkoa), y que participó en los combates de la defensa de San Sebastián en el verano de 1936.
MJV / UB