Variación del formulario de registro: Prisciliano García Gaitero
Creator: National Socialist German Workers' Party- Schutzstaffel
Source:
1.1.26.3/1452315/ITS, Arolsen Archives
Date Created: 1941
Extent: 1 item
48.24041, 14.51627
Con fichas de ingreso como la que mostramos de Prisciliano García Gaitero se confeccionaron los libros de registro de los campos. Muestran la edad (30 años), la nacionalidad (español), la profesión (minero), el lugar donde había sido hecho prisionero (Francia, el 23 de junio de 1940), los traslados (pasó a Gusen), la dirección a efectos de notificación de defunción y la clasificación con la que ingresaba en el campo. A pesar de que entró en Mauthausen en marzo de 1941, seguía siendo considerado prisionero de guerra, “combatiente de la España roja” o Rotspanienkämpfer. Sus fichas dejan claro que mantuvieron la nacionalidad española, pero no explican por qué, si estaban considerados prisioneros de guerra, fueron destinados a un campo de concentración.
Testimonio de Prisciliano García Gaitero
“Poco después interrumpimos la marcha. Estamos delante de una fortaleza de
aspecto oriental, frente a una puerta enorme, encima de la cual hay una gran águila
de metal, con las alas abiertas, las patas juntas y una cruz debajo de las garras.
Traspasado el portón, damos a un gran patio a cuyos lados podemos ver alineados
una serie de barracones pintados de verde. Formamos a lo largo del patio.
Un oficial nos cuenta, estamos justos. En su idioma alemán, que uno de los
nuestros traduce, pregunta:
¿Hay algún judío entre ustedes?
Todo el mundo calla y a continuación añade:
Desvístanse.
En el patio hay unas mesas con papeles y unos hombres para ficharnos.
También podemos ver a unos cuantos presos con las máquinas de cortar el pelo
y navajas de afeitar en mano.
Ya estamos todos desnuditos. Nos dan la orden de ir pasando uno a uno a
las mesas para los interrogatorios y cubrir las fichas. La última pregunta era la de
siempre:
—¿En caso de defunción, a quién quiere usted que se le comunique? Dábamos
el nombre y lugar de procedencia. El paso siguiente era el barbero. Durante más de
tres horas permanecimos desnudos en el patio de revista, hasta que terminaron
de afeitarnos a todos. Nuestros cuerpos están helados, muchos con convulsiones.
Intentamos aproximarnos para darnos calor, pero los SS no nos dejan. Muchos infelices se desploman, han llegado al límite de su resistencia vencida por el frío de la Siberia austriaca. De allí son llevados al crematorio, son ya seres inservibles.
Después de estar media hora bajo la ducha, ascendemos de nuevo la escalera
hasta el exterior. Mojados, el frío se hace mucho más cruel. Todo el mundo
tose y tirita. Uno de los guardines blandiendo la porra grita:
Silencio españoles de mierda.
Luego a los barracones, por fin consigo entrar en un barracón. Delante de la
mesa, el screiber anota mi nombre, edad, profesión, etc., en un libro de registro.
Me entrega un cartón con un número y me dice:
Desde hoy dejas de llamarte García, tu nuevo nombre es este número que
debes saber siempre.
Me entregan unos calzoncillos, un traje de rayas blancas y azules, una camisa
y unas galochas con el piso de madera.
Las camas son de madera, de unos ochenta centímetros de ancho, con tres
pisos. En cada cama tres individuos y una manta para compartir. Antes de acostarnos me ordenan que nos lavemos los pies. Y así pasé mi primera noche en
Mauthausen”.
GGB