Las dos últimas batallas de la guerra
Repository: Alfredo González-Ruibal
Date Created: 1939-03
Type: Intrenchments
Extent: 1 item
40.42419, -3.75586
El pequeño pueblo cordobés de Los Blázquez fue el escenario de la última ofensiva republicana de la guerra. La localidad había cambiado de manos varias veces durante el conflicto, pero desde junio de 1938 estaba ocupado por las tropas franquistas. El 6 de enero de 1939 -mientras que se desmoronaba el frente de Cataluña- el sector de Los Blázquez fue atacado por tres divisiones republicanas. Franco mandó inmediatamente refuerzos. La superioridad de su ejército era por entonces ya abrumadora. Para el 23 de enero los republicanos habían perdido la iniciativa. El día siguiente comenzó el contraataque rebelde. Cientos de hombres de ambos bandos murieron o fueron heridos; los republicanos tuvieron además muchos prisioneros. La batalla acabó el día 25. El frente apenas si se había movido. Después de la guerra, la dictadura abrió en la zona un campo de concentración por el que pasaron miles de hombres.
La última ofensiva militar antes de que se desmoronase el ejército republicano y se acabase la guerra corrió a cargo de tres divisiones franquistas en el frente de Madrid el 8 de marzo de 1939. Fue el último intento del ejército rebelde de tomar la capital por la fuerza, algo que había estado intentado conseguir desde noviembre de 1936. Resultó, paradójicamente, en otra victoria republicana en ese sector. Y eso que las circunstancias eran, en teoría, muy favorables a los atacantes. El día 5 de marzo había comenzado en la capital el golpe militar encabezado por el coronel Segismundo Casado contra el Gobierno de Negrín. El golpe buscaba lograr de Franco una rendición pactada y honorable de los republicanos. Ante la falta de apoyos, el día 6 Negrín voló desde Alicante al exilio. Ese mismo día comenzó en Madrid un enfrentamiento entre casadistas y, sobre todo, unidades comunistas. Los enfrentamientos, que acabaron con la victoria de los partidarios de Casado, duraron hasta el día 12. No se sabe el número total de muertos en esta guerra interna republicana, pero fueron probablemente más de 2.000.
En medio de esta confusión, los jefes, y, según parece incluso los soldados, de las tres divisiones franquistas que se lanzaron al ataque el día 8 estaban convencidos de que las tropas republicanas que tenían enfrente se iban a rendir en masa y que entrarían en la capital casi sin tener que luchar. Se equivocaron. La resistencia republicana fue tenaz y efectiva. Las ametralladoras de las bien construidas trincheras segaron las oleadas de compuestas de cinco mil atacantes que se lanzaron al asalto, y que sufrieron unas quinientas bajas entre muertos, heridos y prisioneros. La batalla fue corta y brutal, pero el frente no se movió.
Tres semanas más tarde, los republicanos se rindieron en masa. En ese momento muchos soldados de ambos bandos se abrazaron, antes de marchar unos, los franquistas, a entrar en la capital y otros, los republicanos, a los campos de concentración. Las trincheras que protegían Madrid, como las que muestran esta fotografía, son todavía visibles en la Casa de Campo de la capital.