Cartel electoral de la Unión Católica Belga
Creator: Union Catholique Belge
Repository: Bibliothèque Royale de Belgique
Source:
Bibliothèque Royale de Belgique, Collection Journaux, DIGIT 427 ; MIC PERM 262 ; J.B. 427, Bruselas (Bélgica).
Idioma original
Francés
Date Created: 1936-05-17
Extent: 1 item
50.84656, 4.3517
La crisis económica global que se desencadenó en octubre de 1929 alimentó la agitación política que se daba en Europa desde el final de la Gran Guerra. Bélgica no escapó a estas circunstancias. Su espacio público fue testigo del desarrollo de debates en torno a cuestiones como los frentes populares, las soluciones autoritarias o la renuncia al parlamentarismo. Sin embargo, una consolidada cultura de coalición logró dotar al país de estabilidad para resistir el avance de alternativas políticas más radicales durante la década de 1930.
En marzo de 1935, tras la caída del ejecutivo de Georges Theunis, castigado por la impopularidad de sus medidas anticrisis, se conformó un gobierno de coalición católico-liberal-socialista liderado por Paul Van Zeeland. Su objetivo era poner en marcha medidas que permitiesen la recuperación económica y mitigasen el descontento social. Tras apurar el último año de legislatura se convocaron elecciones legislativas para mayo de 1936. La campaña electoral dejó claro que, a pesar de la capacidad de los partidos para alcanzar compromisos, forjar coaliciones y velar por el respeto a las reglas del juego parlamentario, sí había lugar para la competencia feroz por el favor de los electores en una atmósfera muy polarizada desde el punto de vista ideológico.
La crisis daba alas a los discursos más radicales y eso empujó a los grandes partidos a reafirmar su identidad política. En esta línea, la Union Catholique Belge lanzó una campaña electoral muy agresiva en la que optó por recurrir al miedo como método para movilizar a sus bases y para ganar nuevos votantes. Para ello utilizó como referencia la formación del Frente Popular en España y su victoria en las elecciones de febrero de 1936. Diseñó y difundió un cartel electoral compuesto por la imagen de la cabeza de un toro, pintada de rojo, corneando una mitra y una corona acompañada del mensaje “España roja: para evitar la misma suerte, vote católico”. La utilización de este cartel electoral provocó la reacción del gobierno de la República española. El encargado de negocios de su embajada en Bélgica, Ernesto de Zulueta e Isasi, dirigió una carta al primer ministro belga, Paul Van Zeeland, para solicitarle la retirada de ese cartel electoral. Una gestión que no cumplió su propósito puesto que, justificando la difusión del cartel en el principio constitucional de la libertad de manifestar opiniones, Van Zeeland se negó a tomar ningún tipo de medida represiva.
Lo que este episodio pone encima de la mesa es que el hecho de que los partidos políticos belgas fuesen capaces de conformar coaliciones de gobierno que reuniesen fuerzas en principio incompatibles, no quiere decir que el paisaje político belga no sufriese la polarización que se extendía por el continente europeo. Los efectos de la crisis económica hacían a la sociedad civil permeable a los discursos más radicales. En tal ambiente la guerra civil española iba a devenir un factor de influencia para la política belga, puesto que contribuyó a fomentar la polarización al convertirse en una importante arma propagandística.
JVV