Mujeres pegando carteles
Creator: Telo, María
Source:
Archivo Histórico Nacional: AHN. DIVERSOS-GENERAL, 587-639 Archivo de María Telo.
Date Created: 1936-05-01
Type: Photograph
Extent: 1 item
40.96516, -5.66402
La Segunda República despertó esperanzas en las mujeres, entre otros colectivos, de que se desarrollara un régimen político con mayores niveles de libertad e igualdad. En este sentido, el gobierno republicano desarrolló un cuerpo legal con diferentes disposiciones que se plasmaron en gran parte en la Constitución de 1931 y en las reformas del Código Civil y el Código Penal.
Estas reformas, entre las que destaca la aprobación del sufragio femenino, la igualdad legal con los hombres, la escuela mixta, el seguro de maternidad o el derecho al divorcio, abrirían la posibilidad de la participación en política de las mujeres y de su visibilidad pública ya que, por primera vez muchas de ellas salieron a la calle a defender sus derechos y reivindicar sus ideas, como ilustra esta fotografía de Goya Telo, María Telo y Pilar Alonso poniendo posters en Salamanca en mayo de 1936. La consecución de la ciudadanía política por parte de las mujeres potenció la presencia femenina en el espacio público y contribuyó a aumentar su visibilidad en los medios.
El reconocimiento del sufragio femenino propició que todos los partidos incorporaran mujeres a sus filas creando secciones femeninas, incluso aquellos que habían estado en contra de la aprobación de este derecho, conscientes de que tenían que atraerlas ahora que formaban la mitad del electorado. Esto supuso para muchas de ellas una primera toma de contacto con la política, aunque las mujeres católicas, por ejemplo, ya contaban con experiencia en este ámbito, pues habían sido alentadas desde el movimiento social católico desde la segunda década del siglo XX para salir a la calle a defender su modelo de familia y sociedad a través de la creación de Acción Católica de la Mujer.
También es necesario recordar la labor de mujeres pioneras que formaron y trabajaron en asociaciones femeninas y feministas. Entre ellas, destaca la Asociación Nacional de Mujeres Españolas, fundada en 1918, que exigía el fin de la discriminación legal de las mujeres casadas, el acceso a los puestos de trabajo y la paridad salarial. A partir de 1924 pasó a la defensa del sufragio femenino. Casi al mismo tiempo surgió la Unión de Mujeres Españolas, más próxima a los planteamientos socialistas. El movimiento de mujeres tomó un nuevo impulso con la creación en 1921 de la Cruzada de Mujeres Españolas, que defendía la igualdad sexual, el sufragio femenino, el fin de la discriminación legal de las mujeres, la igualdad laboral y salarial y la promulgación de la ley del divorcio. Además, promovió en Madrid el primer acto público de las sufragistas españolas. Después de la aprobación del sufragio universal en marzo de 1932, Clara Campoamor, principal defensora de este derecho en el debate parlamentario, fundó Unión Republicana Femenina, la única agrupación de mujeres netamente feminista e independiente de los partidos políticos existentes.
Este tejido asociativo y la experiencia democrática que supuso la Segunda República, tuvieron como resultado una movilización femenina sin precedentes que aumentó con el comienzo de la guerra y que supuso la creación de nuevas asociaciones y la implicación de las mujeres tanto en el frente como en la retaguardia.
ACS