Cr-32 italiano
Repository: Biblioteca Nacional de España, Madrid, Spain
Repository: Aviones del bando Nacional
Source:
Reference Code
GC-CAJA/18/6, #87
Date Created: 1934
Type: Airplanes
Extent: 1 item
Geographic Region: Turin, Italy
45.06776, 7.68249
La intervención italiana en la Guerra Civil española fue masiva y decisiva. Comenzó antes de que comenzase el conflicto. En marzo de 1934, Mussolini firmó un acuerdo con los conspiradores antirrepublicanos por el que les facilitó armas, dinero y entrenamiento de milicias. Luego, el 1 de julio de 1936, firmó otro acuerdo por el que les garantizaba ayuda militar directa, incluyendo el envío de aviones. Italia no solo estaba al tanto de la conspiración que iba a estallar el 18 de julio sino que la facilitó. Sin embargo, cuando se produjo el golpe Mussolini retrasó unos días el suministro de la ayuda prometida a los rebeldes, quizás porque sopesaba aún sus implicaciones y posibilidades de éxito.
El 30 de julio de 1936 nueve bombarderos Savioa-Marchetti 81 aterrizaron cerca de Melilla. Pero dos más habían aterrizado de emergencia en la Argelia francesa (otro se había estrellado en el mar). A pesar de ir sin marcas y de las instrucciones a la tripulación de que negasen ser miembros de las fuerzas armadas italianas, las pruebas eran abrumadoras y pronto quedó claro que eran la avanzadilla de la intervención italiana. Pronto llegaron más aviones, tanques, ametralladoras y soldados. El 7 de agosto llegaron a territorio sublevado 27 cazas Fiat Cr 32, un avión muy versátil y maniobrable que pronto se hizo el favorito entre los aviadores franquistas. Al mismo tiempo, los italianos hicieron de Mallorca su gran base aeronaval en el Mediterráneo, desde dónde obstaculizaron el tránsito de armas, petróleo y comida a la España republicana. Desde Mallorca bombardearán también las ciudades del Mediterráneo, con gran pérdida de vidas civiles.
La intervención italiana fue ilegal y se hizo produjo a pesar de ser este país firmante del Tratado de No Intervención. A pesar de ello, Italia envió a los franquistas cerca de 78.000 hombres perfectamente equipados, esto es, más del doble de los que, desarmados, llegaron para enrolarse en las Brigadas Internacionales. También enviaron unos 150 tanques, cientos de piezas de artillería y miles de ametralladores y otras armas. La Marina italiana, como la nazi, condujo numerosas operaciones ilegales de espionaje, ataque y acoso a los republicanos. Proporcionó a Franco dos destructores y dos submarinos, más el préstamo encubierto de cuatro submarinos más. La aviación italiana envió al menos 758 aviones. Si se sumaba a los enviados por los nazis, era casi el doble de aviones que los republicanos recibieron de la Unión Soviética.
La ayuda masiva italiana se pagó a crédito, lo que permitió a los franquistas contar con una fuente estable de suministros. Sin embargo toda esta contribución habría sido mucho menos eficaz si los italianos, o el resto de los combatientes del bando franquista, no hubiesen tenido petróleo para mover su equipamiento. Las compañías americanas Texaco y Standard Oil se lo proporcionaron a crédito y a precio de descuento. También andaban muy escasas tropas rebeldes y su aliados de camiones. De nuevo y a crédito estos, al menos 12.000, fueron proporcionados por las empresas americanas Ford, General Motors y Studebaker.