Revue Moderne, mai 1937
Repository: Bibliothèque et archives nationales du Québec
Creator: Paul Renaud
Date Created: 1937-05
Type: Newspapers
Extent: 1 item
45.50318, -73.56981
Los quebequenses leyeron sobre la Guerra Civil Española. Si bien algunos se enteraron de este sangriento conflicto a través de un amigo o un familiar que se unió al batallón Mackenzie-Papineau, la mayoría obtuvo su información de periódicos, folletos y revistas.
El panorama ideológico de Quebec durante la década de 1930 era hostil a cualquier ideología de izquierda. Las élites políticas, sociales y particularmente las religiosas eran vehementemente anticomunistas. La Iglesia católica, que era un actor político y social clave en Quebec en ese momento, abrazó el anticomunismo predominante dentro de la Iglesia en todo el mundo. Durante este período de agitación económica e ideológica, la Iglesia católica y las élites políticas y sociales apoyaron a Franco. Las élites de Quebec se inclinaron por Franco porque estaban preocupadas por la devastación económica que había traído la Gran Depresión. Temiendo que los comunistas utilizaran esta miseria económica como arma para fomentar la disidencia y la revolución, la Iglesia católica y las élites laicas se opusieron a ellos. La represión era una necesidad absoluta ya que el comunismo constituía una amenaza social y nacional. La Iglesia católica y líderes laicos lanzaron campañas anticomunistas calificadas de nacionalistas, ya que el comunismo amenazaba la identidad francocanadiense: la religión, las familias y sus instituciones. Por lo tanto, presionaron al gobierno de Quebec para que pusiera fin a la propaganda comunista. Por ejemplo, en una manifestación celebrada en la ciudad de Quebec en octubre de 1936, a la que asistieron 15.000 personas, líderes religiosos y políticos lanzaron una cruzada contra el comunismo. Aplaudieron a los parlamentarios provinciales cuando aprobaron la Ley sobre la Propaganda Comunista, conocida popularmente como la Ley del Candado, en 1937. Esta ley otorgó poderes a las fuerzas policiales provinciales para cerrar (con un candado) hasta a un año cualquier edificio que se afirmara o se sospechara que había sido utilizado por comunistas. También otorgó al Estado la autoridad para encarcelar a personas sin apelación posible durante un año si eran declaradas culpables de difundir el comunismo y prohibió imprimir y publicar propaganda comunista.
Al mismo tiempo, la Iglesia Católica creía que la depresión económica proporcionaba un terreno fértil para quienes sentían que se necesitaban hombres fuertes como Francisco Franco para guiar la nación y que este necesitaba su apoyo y oraciones para su triunfo en esta lucha internacional contra el comunismo.
Dado que las élites francófonas eran ferozmente anticomunistas, Franco recibió una cobertura favorable en varios periódicos y revistas. Estos alentaron a los francófonos a apoyar a Franco como parte de esta cruzada anticomunista. En la batalla por conquistar las mentes de los quebequenses, varios periódicos y revistas abrieron sus páginas a escritores franquistas. Esta campaña se dirigió a una amplia audiencia. Este artículo es de una revista en francés, que explicó el verdadero significado de la Guerra Civil Española a sus lectoras. Según el autor, el Gobierno de izquierda español no tenía legitimidad popular. Predijo que los españoles vivirían bajo una dictadura roja o blanca (nacionalista) al final del conflicto.
MM y MMcK