Carta a una madrina de guerra
Repository: Biblioteca Nacional de España, Madrid, Spain
Contributor: Ediciones Patrióticas
Source:
Reference Code
XX3883125
Date Created: 1937
Type: Books
Extent: 1 item
Geographic Region: Cádiz, Spain
36.52974, -6.2929
Que las mujeres en la retaguardia escribieran cartas a soldados desconocidos en el frente empezó en Francia en 1915 y también existió en España durante la Guerra de Marruecos de los años veinte. Volvió a surgir muy pronto en la Guerra Civil. La figura de la madrina de guerra ofrecía a las mujeres en las dos retaguardias una manera de contribuir al esfuerzo bélico sin salir de las normas de género establecidas. Ya había madrinas de Guerra republicanas en septiembre de 1936. Y también había mujeres que tenían más de un ahijado. Una en la zona Franquista tuvo más de 30. Además de cartas, las madrinas mandaban regalos, por ejemplo jerséis, calcetines de lana, comida, lecturas y, entre los Nacionalistas, medallas religiosas y detente balas. Algunas madrinas Republicanas tuvieron la posibilidad de visitar a sus ahijados en el frente, donde lavaban y cocinaban para ellos.
Algunas de estas conexiones se hicieron a través de amigos o familiar, pero la mayor parte se hicieron sin intervenciones de esta clase y se llevaron a cabo entre desconocidos totales. Los soldados franquistas podían aprovechar los modelos que aparecían en manuales como Modelos de cartas para solicitar madrina de Guerra publicado en Cádiz en 1937 y puesto a la venta por el precio módico de 30 céntimos, unos €0.70 en dinero de hoy. “Distinguida señorita: El objeto de la presente es para rogar de su bondad sea madrina de Guerra del que ésta suscribe. Una madrina de Guerra para el militar en campaña, casi podría compararse con el ángel de su guarda. Da tanta Felicidad y tanto optimismo saberse en el pensamiento de una bella, cuando los momentos son difíciles! Es por ello por lo que lleno de ilusión espero de usted sea mi madrina de Guerra, al comprender mi ilusión por esa Felicidad que espero se digne concederme. Al llevar la fotografía de usted junto a mi corazón, me creeré con más arrestos que nunca para sortear todos los trances difíciles.” Al final consta el saludo obligatorio “Año triunfal xxx. Arriba España!” El manual también tenía modelos de respuestas a tales solicitudes y de cartas para agradecer los regalos. En algunos casos, estos intercambios epistolares acabaron en relaciones románticas. El hecho de que en este manual también hubiera declaraciones de amor por parte de los soldados y contestaciones de las señoritas sugiere que se preveían, y hasta esperaban, estos resultados.
En vez de escribir cartas tan elaboradas muchos soldados colocaron breves avisos en la prensa. A menudo, un grupo de soldados de la misma unidad se anunciaron juntos. Por ejemplo, el número de la Gaceta de Tenerife del 4 de marzo de 1937 llevó cuatro anuncios individuales y tres colectivos. No podían ser más básicos. Por ejemplo, “Solicita madrina de guerra José Contreras del Regimiento de Infantería de Granada, núm. 6, Primera Compañía, Cuarto Batallón, Getafe, Madrid”. Uno de los anuncios colectivos fue colocado por nueve “marineros del glorioso acorazado España. Ferrol.” Algunos oficiales Nacionalistas hasta hicieron colocar anuncios en un periódico de Tokio, y hubo japonesas que mandaron cartas a sus soldados.