La representación de la mujer
Creator: Rubio, Juana Francisca (1911-2008)
Source:
Image title: 2a Conferència de Dones del PSU
España. Ministerio de Cultura. Centro Documental de la Memoria Histórica, ARMERO,Carteles,418
Date Created: 1938
Type: Poster
Extent: 1 item
52.37308, 4.89245
Las circunstancias extraordinarias que atravesaba la sociedad española durante la guerra fueron determinantes en la aparición de nuevos roles para la mujer que hicieron de ese momento un periodo de singular importancia para ellas. La actividad de la población femenina se reveló esencial en ciertos aspectos de la guerra a ambos lados de la línea de fuego, y las artes plásticas ofrecieron una visión de lo más completa, variada y en no pocas ocasiones artificiosa de la actuación de las mujeres. Las efigies creadas se presentaban como modelos de actuación, al tiempo que proyectaban un particular prototipo femenino, siempre acorde con los ideales propios. Eran, por tanto, imágenes de motivación propagandística que se difundieron a través de carteles, ilustraciones y fotografías en publicaciones.
Además de la imagen de la mujer como víctima de la guerra (la refugiada y la difunta) que protagonizó innumerables escenas de bombardeos y evacuaciones, y se empleó para denunciar las atrocidades de la guerra y movilizar conciencias, tal vez sea la figura de la miliciana la primera que imaginamos sin esfuerzo al pensar en mujeres y Guerra Civil. Efectivamente la imagen de esta mujer combatiente por la República fue ampliamente propagada y, a pesar de su limitada presencia en el frente, la gloriosa miliciana se convirtió en símbolo de la lucha antifascista y reclamo para la movilización masculina. Lógicamente, en el bando rebelde las representaciones de milicianas no tenían nada de heroico, sino que eran vistas como malévolas y carentes de feminidad.
Pero la realidad es que las mujeres se hicieron esenciales en la retaguardia, donde ocuparon puestos de trabajo hasta el momento reservados a los hombres, y donde las labores que habitualmente quedaban confinadas al espacio doméstico femenino, como las de los cuidados y las de costura, adquirieron una nueva dimensión poniéndose al servicio de la guerra y de la sociedad. Proliferaron, por tanto, las imágenes que retrataban a las trabajadoras de la industria, ataviadas con atuendo obrero (en el lado republicano), o a las del campo, afanadas en mantener la producción agrícola necesaria para abastecer a la población. Enfermeras y costureras aparecieron trabajando con entrega por la causa común, cualquiera que fuesen sus convicciones.
Lo cierto es que la particular situación de la población femenina en la guerra, aunque circunstancial, supuso una oportunidad de progreso social para las mujeres. Los nuevos roles desempeñados constataron su capacidad para el trabajo fuera del hogar y debieron de alimentar sus deseos de educación, profesionalización y autonomía. Imágenes como la de este cartel de Juana Francisca Rubio, protagonizado por varios de los estereotipos femeninos comentados, son ejemplo inequívoco de que las mujeres eran cada vez más conscientes de sus derechos, y la Guerra Civil les brindó una ocasión propicia para avanzar en sus reivindicaciones.
IEG






