Blindado
Source:
Archivo fotográfico Benjamín Lajo Cosido
Date Created: 1937-12-24
Extent: 1 item
39.46971, -0.37634
Ante la dificultad de su abastecimiento como consecuencia del Pacto de No Intervención, la República procedió a adaptar empresas y talleres que, de este modo, se reconvirtieron en industrias de guerra que fabricaron municiones, armamento y todo tipo de vehículos blindados. En Valencia, este proyecto se apoyó en su potente industria metalúrgica, una de las más importantes en el sector republicano, sobre todo después de la caída del norte.
Ubicados en el puerto, los astilleros fueron uno de estos centros fabriles. Tal fue el caso de la factoría constituida hacia 1924 con el nombre de Unión Naval de Levante. Durante la Guerra Civil esta fábrica empleó a unos 1300 trabajadores. La empresa fue colectivizada por los sindicatos UGT y CNT, y nacionalizada por el gobierno republicano para convertirla en la Fábrica nº 22, bajo el control de la Comisaria de Armamento y Municiones. Durante los primeros meses del conflicto, los trabajadores construyeron varios prototipos de blindados que se utilizaron en las columnas de milicianos que se dirigían al frente como la Columna de Hierro o la Columna Uribarri.
Del modelo que vemos en la imagen se fabricaron entre enero de 1937 y junio de 1938 un mínimo de ciento treinta vehículos. El ambicioso proyecto de la fábrica nº 22 fue dirigido por el ingeniero ruso Nicolai Akimov, en colaboración con otros técnicos españoles. Partiendo del modelo soviético BA-20M, se fabricó una versión mejorada del blindado, el UNL-35. Las planchas de acero para los blindados procedían de la Compañía Siderometalúrgica del Mediterráneo (Sagunto). La tripulación de los UNL-35 estaba constituida por tres hombres: jefe del vehículo en la torre, conductor y sirviente de la ametralladora. El vehículo tenía un peso de 434 kg y alcanzaba una velocidad máxima de 60 km por hora con una autonomía de 230 km. Las ruedas tenían un relleno de caucho a fin de poder marchar campo través. Se trata de un trabajo que matiza y mucho el mito de la desorganización y falta de competencia de la industria en manos del gobierno republicano.
Al terminar la guerra los blindados UNL-35 fueron conducidos hacia la frontera donde terminaron retenidos. Algunos quedaron en manos de los sublevados. Otros fueron empleados por la gendarmería francesa y retornados a España por un acuerdo hispano francés. Por su parte, la fábrica nº 22 fue bombardeada como objetivo de guerra, hasta lograr casi la total destrucción de naves y edificios, que fueron convertidas en escombros: un solar que mostraba la virulencia empleada por la aviación italiana desde sus bases de Mallorca. La producción se trasladó a Elda, Alicante.
JD