¿Acoger a los refugiados españoles procedentes de Francia?
Repository: Library and Archives Canada, Ottawa
Creator: Légation de la République française au Canada and Department of External Affairs, Canadian Government
Source:
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Library and Archives Canada, RG25, Volume 1899, File 1939-274
Date Created: 1939-04-06
Type: Letter
Extent: 1 item
45.42088, -75.69011
El 26 de enero de 1939, el general Franco y sus tropas tomaron el control de Barcelona, lo que supuso un duro golpe para las fuerzas republicanas. Esta victoria obligó a miles de republicanos españoles a sopesar sus opciones. Algunos podrían quedarse en España y afrontar las consecuencias políticas y militares de luchar contra Franco. Otra posibilidad era optar por el exilio, como hicieron muchos españoles cruzando la frontera francesa y viviendo en campos de refugiados.
En marzo de 1939, la embajada francesa en Ottawa se aproximó al Gobierno de Canadá con una propuesta para que acogiera a algunos refugiados españoles. Como dice esta carta del embajador francés, la llegada de más de 300.000 refugiados creó desafíos logísticos para las autoridades francesas y les puso bajo presión. El Gobierno francés buscó soluciones a largo plazo, una de las cuales fue enviar algunos refugiados a otras partes del mundo. Las autoridades francesas creían que Canadá era un buen candidato para acoger a los refugiados.
La respuesta del Gobierno canadiense fue inequívoca: un rotundo no. La respuesta, escrita primero en inglés y luego traducida al francés, invocaba el estado de la economía canadiense como motivo del rechazo. Sin embargo, considerar también el clima ideológico que prevalecía en Quebec podría ayudarnos a comprender mejor la posición canadiense.
Durante la década de 1930, el Gobierno federal cerró las puertas de Canadá a los inmigrantes. Esto fue en respuesta al deterioro de las condiciones económicas. En ese momento, muchos canadienses creían que no tenía sentido dar la bienvenida a los inmigrantes mientras la mayoría de los canadienses luchaban contra el desempleo y la inseguridad económica. La tasa de desempleo fue alta durante la década de 1930. Llegó a un máximo del 32% en mayo de 1933 y se mantuvo por encima del 12% hasta vísperas de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939.
Además de las consideraciones económicas, el Gobierno federal encabezado por el liberal William Lyon Mackenzie King tuvo en cuenta las opiniones de los francófonos en Quebec. Dado que el Partido Liberal federal tenía un importante contingente de diputados de esa provincia, el Primer Ministro era consciente de los sentimientos anticomunistas prevalecientes entre los líderes políticos y religiosos y la intelectualidad de Quebec. Puesto que que muchos de ellos expresaban opiniones pro-franquistas, el Primer Ministro Mackenzie King creía que habría sido una bomba política dar la bienvenida a refugiados de España. Es posible que algunos en Quebec temieran que estos refugiados políticos difundieran opiniones que desafiaran el conservadurismo social que prevalecía en la provincia en ese momento.
No era la primera vez que el Gobierno federal rechazaba una propuesta relativa a los refugiados españoles durante la Guerra Civil. En febrero de 1939, Vincent Massey, Alto Comisionado de Canadá (embajador) en Londres, había enviado una propuesta para que Canadá aceptara a un grupo de agricultores, intelectuales, científicos y artistas españoles. Dada la querencia de los funcionarios canadienses por el argumento de que la gente del sur de Europa no era “apta” para un país con un clima tan duro, esta propuesta era inviable. Canadá no abriría sus puertas a refugiados de España.
MM y MMcK