Italia

Desde muy pronto, al menos desde 1934, los conspiradores monárquicos contra la República se dirigieron a la Italia de Mussolini para pedir ayuda. Esta se acabaría materializando unos días antes del golpe de Estado en forma de aviones que serían claves para el traslado de las tropas rebeldes desde Marruecos a la península. Esta ayuda violaba el Acuerdo de No Intervención que Italia y las demás potencias europeas habían suscrito en agosto de 1936; sin embargo, el pacto secreto con la Alemania nazi y el tácito consenso británico permitieron al régimen fascista aumentar esa ayuda hasta convertirse en la de mayor entidad de nación alguna en la guerra de España. Ese asimétrico cumplimiento, al cortar los suministros a la República por la frontera francesa, puso a Franco en condiciones de superioridad para ganar la guerra.

Tras los desembarcos de tropas y armamentos de diciembre de 1936 y enero de 1937 se constituyó el llamado Cuerpo de Tropas Voluntarias (Corpo Truppe Volontarie, CTV), un ejército autónomo con organización y mandos propios que sumaba unos 44.300 soldados y oficiales. Y lo que aún resultaría más importante para la victoria de las fuerzas sublevadas, con una potente artillería y la Aviazione Legionaria, pronto usada para el bombardeo masivo de población civil en la retaguardia republicana (ver entrada), aplicando la doctrina de “guerra integral” del general de Giulio Douhet. A lo largo de la guerra un total de 76.241 hombres sirvieron en el CTV, aparte de 5.669 de la fuerza aérea; de ellos 3.414 murieron en España, a los que habría que sumar unos 150 heridos luego fallecidos a su vuelta a Italia, y 232 desaparecidos, hasta un total de 3.796, así como unos once mil mutilados y heridos de diversa gravedad.

En tierra de España el fascismo y antifascismo italiano se enfrentaron por primera vez. Organizados en la sección italiana de la Columna Ascaso, formada en Barcelona en el verano de 1936, desde noviembre en el batallón Garibaldi, dentro de la XII Brigada Internacional, y desde mayo de 1937 en la brigada Garibaldi, entre 4.000 y 5.500 antifascistas italianos llegaron desde Francia, donde se encontraban exiliados (fuoriusciti), desde Italia u otros países. Nada menos que 546 iban a morir en España. 

Entre esos hombres y mujeres había giellisti (de Giustizia e Libertà, el grupo fundado en 1929 por Carlo Rosselli), anarquistas, socialistas y comunistas (que acabaron siendo mayoría), muchos de los cuales protagonizarían la política italiana de la posguerra.

FJMS