La Guerra Civil española generó una respuesta notable en Gran Bretaña: de hecho, se ha argumentado que ningún acontecimiento externo había estimulado tal interés desde la Revolución Francesa. Unos 2.400 británicos se ofrecieron como voluntarios para luchar por la República en las Brigadas Internacionales (de los cuales más de 500 murieron). Miles más dedicaron su tiempo y energía a trabajar en la amplia variedad de organizaciones voluntarias que surgieron y hubo una impresionante movilización de intelectuales y autores. Este activismo se produjo a pesar de (o tal vez en respuesta a) la postura oficial de neutralidad y no intervención del Gobierno británico en el conflicto. Para los activistas esta postura era inadecuada no sólo por la sospecha de que el Gobierno favorecía secretamente a los rebeldes de Franco, sino también porque la Guerra Civil rápidamente adquirió una importancia que trascendió con creces los acontecimientos en España.
Si bien la Guerra Civil tuvo un profundo impacto en la sociedad británica, sus impactos fueron complejos. Una minoría significativa (principalmente católicos y de derechas) apoyó a los rebeldes de Franco, consternada por los ataques a la Iglesia católica que habían seguido al golpe militar. Además, la Guerra Civil profundizó las divisiones en la izquierda: entre el Partido Laborista y los comunistas, que vieron la oportunidad de construir una alianza del Frente Popular en Gran Bretaña, y entre los comunistas y otros grupos de izquierda, como el Partido Laborista Independiente (ILP), que no estaban de acuerdo sobre si los cambios que estaban teniendo lugar dentro de la España republicana constituían una revolución. Mientras tanto, muchos británicos simplemente se sintieron aliviados de que el Gobierno dominado por los conservadores estuviera trabajando para contener el conflicto en España e impedir que Gran Bretaña se involucrara directamente en una guerra que fácilmente podría convertirse en un conflicto europeo más amplio. Después de todo, ésta era la era del “apaciguamiento”, que ocurrió menos de veinte años después del final de la Primera Guerra Mundial.
La perdurable popularidad de Homenaje a Cataluña (1937) de George Orwell, que sirvió en el pequeño contingente del ILP en España, ha mantenido viva la crítica revolucionaria de la Guerra Civil en la memoria británica. Sin embargo, en términos más generales, fue la izquierda dominante y sus sucesores quienes recordaron la Guerra Civil como una lucha democrática contra el fascismo durante la dictadura de Franco (1939-1975) y se inspiraron sobre todo en los héroes caídos de las Brigadas Internacionales.