El exilio

El exilio gallego enmarcado en el contexto del golpe de Estado de julio de 1936 responde a las dinámicas y especificidades propias de un territorio caracterizado por amplia experiencia vital de movilidad geográfica que se ve materializada en la importancia de las colectividades organizadas de emigrantes en América, por lo que la tendencia a permanecer en Europa será menor que la que se advierte en el resto del Estado español. 

El perfil que presentaban los propios exiliados gallegos propició un mayor número de estudios relacionados con personas que partieron hacia territorios americanos, ya que formarían parte del conocido como “exilio intelectual” y por ser los territorios centrales del nacionalismo gallego en el exilio, acogiendo a figuras como Castelao, Luis Seoane, Lois Tobío o Florencio Delgado Gurriarán. 

En la imagen observamos precisamente al lucense Francisco Fernández del Riego con su mujer Evelina Hervella en su primera visita a Buenos Aires en 1954, una de las figuras más destacadas de la Galicia del s. XX por ser uno de los impulsores de la editorial Galaxia (1950) y director, junto con Ramón Piñeiro, de la Revista Grial, miembro del grupo Nós, del Seminario de Estudos Galegos y del Partido Galeguista. En el centro podemos ver a Virxinia Pereira (viúda de Castelao), a los también exiliados Ramón Suárez Picallo y Antón Alonso Ríos, este último fundador del Consello de Galicia en Montevideo cuya presidencia ocuparía Castelao hasta 1950, momento en el que el cargo pasaría a manos de Alonso. También contamos con la presencia de Manuel Puente, uno de los creadores de la Cámara de Comerciantes Republicanos españoles, comprometida con el apoyo a la República española y de María Elvira Fernández López, conocida como Maruxa Seoane por estar casada con el coruñés Luis Seoane, participante en la mayoría de iniciativas de la cultura gallega en el exilio como fueron el Laboratorio de Formas, la Editorial Citania, el programa radiofónico “Galicia Emigrante” o Sargadelos. 

Tanto la cultura como la política gallega del s. XX está protagonizada por figuras del exilio, haciéndose su memoria más incómoda en el ámbito político que en el cultural por la dificultad de integrar al exilio en el relato de la Transición, momento hasta el cual muchos de ellos no pudieron regresar. 

AGF