El oro español en Moscú
Repository: El País, Madrid, Spain
Date Created: 2007-09-16
Type: Photograph
Extent: 1 item
Geographic Region: Madrid, Spain
40.4167, -3.70358
El gobierno republicano presidido por el dirigente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) Francisco Largo Caballero, con Juan Negrín como ministro de Hacienda, acordó en octubre de 1936 trasladar a la Unión Soviética las tres cuartas partes de las reservas de oro del Banco de España. Unas reservas que constituían el cuarto mayor depósito en manos de un banco central en el mundo y que hasta el mes de septiembre anterior habían estado depositadas en la cámara acorazada de la institución en Madrid. Desde allí habían sido trasladadas a los polvorines de La Algameca, en el Arsenal de la marina de guerra republicana de Cartagena ante la amenaza que suponía el avance de las tropas del bando rebelde hacia Madrid. A la URSS viajarían un total de 510 toneladas de metal precioso -las tres cuartas partes del total-, que se embarcaron en cuatro buques soviéticos -llamados Kim, Kursk, Nevá y Volgolés- vía Odesa.
El oro, incautado por el Gobierno de la República al Banco de España, sería utilizado para pagar las compras de armamento y suministros en la Unión Soviética para el Ejército Popular, así como en otros países, en este último caso utilizando la red bancaria exterior de la URSS. España mantuvo la propiedad del oro mientras lo fue empleando en las compras hasta que lo agotó, durante el verano de 1938. Después, continuó adquiriendo material a crédito, dejando una importante cantidad adeudada a raíz de su derrota en la guerra. Se adquirieron aviones de combate, tanques, ametralladoras, artillería, fusiles, cartuchería, alimentos y carburantes. El material entregado por los soviéticos incluía una parte de excelente calidad -especialmente aviones, tanques y armas automáticas-, pero también otro obsoleto, todo pagado a precios de mercado internacional.
La forma concreta del oro español era mayoritariamente monedas, de las que más del setenta por ciento eran libras esterlinas y dólares, pero había más de una docena de otros tipos de monedas. El resto del oro del Banco de España no transportado a la URSS -194 toneladas- se envió a Francia, donde igualmente fue utilizado para financiar el esfuerzo de guerra republicano.
El régimen franquista creó el mito del “oro de Moscú”, presuntamente “robado” por “Rusia” como parte de un -también presunto- plan para hacerse con España a través de una revolución mundial y para destruirla como nación; mito que enlazaba con otro, el de otro presunto plan de la URSS por conquistar el mundo, de gran difusión entre sectores anticomunistas y que a las alturas de 1936 y en referencia a España no tenía ninguna virtualidad.También entre los exiliados republicanos y especialmente dentro del PSOE el envío del oro español fue objeto de controversia en la postguerra de la Guerra Civil. Como igualmente lo ha sido entre historiadores, que han debatido sobre si fue aquella la única opción posible o si hubo más. Pero la Historia ha demostrado que el oro español no fue “robado” sino que sirvió para financiar el esfuerzo de guerra republicano, estimado en unos 750 millones de dólares de la época y gastado mayoritariamente en la URSS. Una cifra cercana a la gastada por los franquistas -unos 700 millones-, en este caso a crédito de la Alemania nazi y la Italia fascista.