La cultura, víctima del fascismo
Creator: Nebot Molada, Ángela (1914- )
Source:
Image title: Santa Cultura, mártir del fascismo
Museu Nacional d’Art de Catalunya, procedente de la «Exposición Trimestral de Artes Plásticas» de Barcelona, 1938. Foto: Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona, 2025; © La autora o sus herederos
Date Created: 1937
Type: Painting
Extent: 1 item
41.38289, 2.17743
En su cuadro de 1937 titulado Santa Cultura, mártir del fascismo, la pintora Ángela Nebot representó a una maestra de escuela en el aula tras haber sido brutalmente agredida. De este modo denunciaba la persecución a la que eran sometidos los maestros a manos de los sublevados, al tiempo que ponía el foco de atención sobre el maltrato que profesaban hacia uno de los asuntos más importantes para el gobierno español: la cultura.
Desde su proclamación en abril de 1931, la Segunda República tomó la cultura por bandera e invirtió grandes esfuerzos en mejorar la educación de los españoles. Cuando estalló la guerra, una de sus líneas estratégicas de propaganda fue la defensa a ultranza de la cultura como derecho fundamental y medio para lograr la libertad. Bajo esa premisa, se llevaron a cabo iniciativas tan encomiables como las Milicias de la Cultura (el cuerpo de maestros encomendados con la tarea de enseñar a leer y escribir a los combatientes del Ejército español), o el célebre salvamento del patrimonio histórico-artístico.
Por descontado, los esfuerzos propagandísticos de la República se ocuparon de dar buena cuenta de su labor de promoción cultural y educativa. Proliferaron carteles sobre las excelentes cifras alcanzadas en la alfabetización de los combatientes, la creación de bibliotecas o de institutos para obreros, y los que promulgaban una educación liberal e igualitaria para niños y niñas, respaldando así los grandes proyectos culturales republicanos.
Pero tampoco faltaron las imágenes que, como la pintada por Nebot, ponían en evidencia el desprecio por la cultura por parte de los fascistas, poniéndoles en el punto de mira. Es más, el tema que eligió Nebot para su pintura, el de la cultura como víctima del fascismo, fue durante la Guerra Civil una consigna de primer orden entre las filas republicanas, igual que ya lo era, por otra parte, en el contexto internacional antifascista. En este tipo de creaciones, los ataques indiscriminados hacia la cultura, ya fuese encarnada por una maestra, representada mediante unas ruinas monumentales o un simple libro, eran los protagonistas. Aunque también fue habitual mostrar directamente al agresor y presentarlo como un colectivo de bárbaros, incivilizados y bobalicones, adoptando en ocasiones el aspecto de criaturas repugnantes. En todos los casos, en estas elocuentes imágenes el fascismo se convertía en sinónimo de ignorancia.
IEG






