Restos de la retirada republicana en Portbou
Repository: Arxiu Antoni Campañà
Creator: Campañá i Bandranas, Antoni, 1906-1989
Date Created: 1939-03
Type: Photograph
Extent: 1 item
42.42743, 3.15888
Podría ser simplemente un Buick Series 27 Master Six en un antiguo accidente en una carretera polvorienta cualquiera, pero es el ejemplo mecánico de un drama humano masivo. Entre el 27 de enero y el 10 de febrero de 1939 centenares de miles de catalanes, junto a otros refugiados de Madrid o Andalucía, soldados de los ejércitos de la República así como cargos institucionales de les Generalitat de Cataluña y del gobierno español, huyeron del avance de las tropas de Franco.
El 26 de enero Barcelona caía en manos del general Yagüe y las carreteras catalanas hacia la frontera francesa se llenaban de inmensas caravanas de refugiados. En Figueres, a tocar de la frontera, el presidente del gobierno, Juan Negrín, aun tendría ánimos para organizar una última sesión de las Cortes. Mientras tanto, cada uno con sus medios, entre 250.000 y 500.000 personas intentaban llegar a los pasos fronterizos para evitar la que creían segura represión. Madrid no se había rendido, Valencia tampoco, pero cuando los franquistas coparon toda la frontera catalana el 10 de febrero, se entendió que la República estaba finiquitada.
Algunos fotógrafos como Robert Capa inmortalizaron los que en pleno invierno intentaban pasar por Portbou, Molló o Camprodon entre la nieve y los bombardeos de la Regia Aeronautica italiana. En llegar a la frontera, abierta el 27 de enero, los gendarmes desarmaban a los soldados y los distribuían, como a las mujeres y los niños, en campos de refugiados -o de prisioneros-. Las montañas de armamento llenarían los semanarios de París. También los descampados del Rosellón con tanques, camiones y vehículos de los afortunados que no habían tenido que llegar allí a pie.
Para unos, aquel trayecto des de Barcelona o desde los pueblos en los que se incorporaron a la caravana era el inicio de su exilio; para los perseguidores sin ninguna consideración humanitaria, era el principio del fin de su guerra victoriosa.
La fotografía resume toda la variedad de sensaciones alrededor de ese drama. Las autoridades republicanas intentaron organizar la evacuación, pero todo fue caótico. Los cargos, como el presidente catalán Lluís Companys junto al Lehendakari vasco J. A. Aguirre, pudieron gozar de vehículos y diferentes alojamientos en sitios preparados para ello antes de exiliarse el 5 de febrero el mismo día que el presidente de la República, Manuel Azaña. La mayoría no tendría esa suerte teniendo que pasar a Francia a pie.
Antoni Campañà (1909-1989), fotógrafo profesional y chofer del Ejército republicano del Aire, decidiría no exiliarse y entregarse a los ocupantes franquistas en el Cuartel del Bruc en Barcelona. Ayudado por un colega franquista, podría fotografiar el rastro de ese exilio masivo del que no había formado parte. Su serie fotográfica de los restos mecánicos de La Retirada republicana por Portbou no encontró a los miles de personas sino su ausencia. El coche fotografiado en la Avenida de Barcelona intencionadamente despeñado para no dejarlo a los perseguidores una vez estropeado o sin gasolina, nos explica el drama sin cadáveres ni niños llorando como los que de verdad pasaron por allí poco antes.
AGV