Lugar de ejecución
Creator: Queralt Solé
Repository: Archivo personal de Queralt Solé
Date Created: 2018-12-15
Type: Photograph
Extent: 1 item
42.26052, 1.68546
El 23 de diciembre de 1938 empezó la ofensiva final sobre Catalunya por parte de las tropas franquistas. Cruzaron los ríos que hasta entonces hacían de frontera natural y empezaron la ocupación del territorio catalán. La capital de la región, Barcelona, fue ocupada el 26 de enero. Llegaron a la frontera con Francia el 10 de febrero. El parte de guerra franquista de aquel día dejaba clara la situación: «Nuestras fuerzas han alcanzado victoriosamente, en el día de hoy, todos los pasos de la frontera francesa desde Puigcerdà hasta Port-Bou. La guerra en Cataluña ha terminado. Cataluña para la España triunfal de Franco».
Habían tardado 57 días en recorrer el territorio catalán, unos días en los que las carreteras y caminos iban repletos de gente de todas las edades y procedentes de toda España que huía hacia la frontera, pero también de prisioneros penados por ser acusados de antirrevolucionarios. Hombres y mujeres acusados de quintacolumnistas, de haber ayudado a gente a cruzar a Francia durante la guerra, familiares de personas consideradas traidoras a la República o religiosos. Habían sido sacados de los campos de trabajo controlados por el Servicio de Información Militar (SIM) donde algunos de los hombres habían estado construyendo líneas de defensa y fortificaciones republicanas; otros habían sido presos en buques-prisión y checas, la mayoría de ellos en Barcelona, en el Castillo de Montjuïc o la cárcel Modelo.
Fueron dos grupos de prisioneros que se trasladaron. El primero hizo un breve viaje en tren y posteriormente fue conducido por vigilantes del SIM hasta Puigcerdà, lugar del Pirineo fronterizo con Francia, donde llegaron todos vivos. Otro grupo fue trasladado en camiones hasta el santuario del Collell, cerca de Girona, convertido en una prisión en la que se recluyeron unas mil personas, entre estas unas 200 mujeres. El día 31 de enero cincuenta y un prisioneros, los que los captores consideraron que podían llegar a tener cargos de responsabilidad en la España de Franco, fueron apartados del resto y se les informó que iban a construir un aeródromo en la población vecina de Banyoles, pero a unos 150 metros del santuario fueron muertos en un claro del bosque. Sobrevivieron dos de ellos.
Paralelamente, en el avance de las tropas franquistas por el territorio catalán y la consecuente retirada del ejército republicano, se iban encontrando con los llamados “emboscados”, hombres que se habían escondido en masías o en los bosques evitando cumplir con su llamada a filas y por lo tanto pudiendo ser considerados desertores en el caso de ser hallados. A lo largo de la retirada republicana, fueron diversas las ocasiones que se han documentado de la muerte de estos “emboscados”, que fueron encontrados casualmente o creyendo que llegaban las tropas rebeldes salieron a saludarlas al grito de” Viva Franco!”
QSB