Monumento a los Voluntarios Húngaros de las Brigadas Internacionale
Creator: Ferran Cornellà
Repository: Wikimedia Commons
Source:
Source: Wikimedia Commons, CC BY-SA 3.0 Deed
Date Created: 1968
Type: Monuments
Extent: 1 item
Geographic Region: Budapest, Hungary
47.48139, 19.14609
Este monumento del escultor greco-húngaro Memos Makris fue erigido en una plaza pública de Budapest en 1968 para conmemorar a los cerca de 1.200 voluntarios húngaros que lucharon en la Guerra Civil española. En 1993, después del cambio de régimen, fue trasladado al parque Memento de Budapest donde puede ser visitado hoy.
Cuando los círculos izquierdistas, trabajadores e intelectuales húngaros supieron de la formación de las Brigadas Internacionales, muchos de ellos quisieron ir a España de forma inmediata, pero solo pudieron hacerlo de forma ilegal ya que el gobierno derechista húngaro prohibió a sus ciudadanos luchar en España. Apenas unos 120 húngaros fueron a España desde el país. La inmensa mayoría viajaron desde otros lugares: el treinta y tres por ciento desde Francia, once por ciento desde Canadá, diez por ciento desde Checoslovaquia, y en número menor desde otros nueve países europeos, los Estados Unidos y Latinoamérica. Eran húngaros que habían emigrado debido a la muy difícil situación económica y política del país entre la década de los años diez y los veinte. Muchos intentaron escapar lo más lejos posible de los territorios que fueron transferidos a otros países como consecuencia de las pérdidas territoriales de Hungría que siguieron a la Primera Guerra Mundial. Otros emigraron en el periodo de entreguerras porque consideraron inaceptable el auge de la ultraderecha y el acercamiento del país a la Alemania Nazi. Ahora sintieron que los acontecimientos que se estaban desarrollando eran de tal escala que valía la pena arriesgar sus vidas fuera del país, e incluso dejar detrás a sus familias en un país extranjero.
Algo más de la mitad eran comunistas; el resto eran socialdemócratas o, muchos de ellos, carecían de afiliación política. La mayoría eran trabajadores (cincuenta y siete por ciento), seguidos por intelectuales (diecisiete por ciento) y campesinos (quince por ciento). Los húngaros desempañaron un papel importante en la dirección de las Brigadas Internacionales, entre ellos Máté Zalka, (también conocido como general Pál Lukács, aunque su nombre de nacimiento era Béla Frankl), un escritor influyente y veterano de la Primera Guerra Mundial, que llegó al grado de general en el Ejército popular español, mandó la XII Brigada Internacional y murió cerca de Huesca en 1937. La mayoría de los húngaros engrosaron las filas del Batallón Rákosi, que formaba parte de la 13 Brigada Internacional y que tomó su nombre del muy admirado dirigente comunista Mátyás Rákosi que en esos momentos cumplía cadena perpetua por rebelión contra el gobierno derechista. Muchos de ellos desempeñaron un papel importante en la vida política del país, pero fue solo después de la revolución de 1956, cuando la situación política se aligeró un poco, cuando los historiadores húngaros comenzaron a contar su historia.
Algunos de los húngaros habían ido a Barcelona a participar en la Olimpiada Popular, que debería haber empezado el día que comenzó la guerra, y se quedaron a luchar contra los rebeldes. Cuando se comenzaron a organizar las Brigadas Internacionales, 46 húngaros cruzaron la frontera hispanofrancesa con en el primer grupo de 600 voluntarios. Desde ese momento, los húngaros estuvieron entre los defensores de Madrid, lucharon en todas las batallas principales, y marcharon con los últimos brigadistas que salieron del país en 1938.