Los bombardeos Fascistas italianos de Barcelona

La imagen muestra una escuadrilla de aviones de bombardeo italianos Savoia-Marchetti S.M. 79 (“Sparviero”) que se dirigen en misión de bombardeo a la ciudad de Barcelona tras salir de su base en la isla de Mallorca, el Comando Aviazione Legionaria delle Baleari. Estos aparatos de bombardeo y transporte de la Regia Aeronautica italiana fueron enviados, junto con otros del tipo SM. 81 (“Pipistrello”) y cazas Fiat CR.32, por Mussolini a Franco tras solicitarlos al principio del alzamiento militar. Se integrarían en un cuerpo específico fascista italiano, la Aviazione Legionaria, conformada tanto por aviones de bombardeo, como de caza, hidros, carga y reconocimiento. Junto con los aparatos pertenecientes a este cuerpo estuvieron otros que se entregaron a la Aviación Nacional (franquista). En total Italia envió a la España Nacional un número total de aviones cercano a los 800.

Los bombardeos de Barcelona de los días 16 a 18 de marzo de 1938 han pasado a la Historia como unos de los más brutales de los realizados por la aviación franquista durante la Guerra Civil. Se efectuaron tras el de Guernica del 26 abril de 1937 y serían continuados por otros igualmente mortíferos para la población civil realizados en Alicante y en Granollers durante mayo de 1938. Los de Barcelona de marzo fueron ordenados personalmente por Mussolini al general italiano Velardi y consistieron en doce incursiones en los que se lanzaron cincuenta toneladas de bombas y se provocaron 979 muertes -una parte de ellos niños- y 1.500 heridos, así como daños o destrucción total de 273 edificios. La táctica empleada fue la del ataque continuado con el objetivo de crear terror entre la población civil. A pesar de contar con una red de 1.322 refugios antiaéreos, así como el uso para estos fines de la red de metro de la ciudad -una práctica que sería copiada por Londres durante la Segunda Guerra Mundial-, los efectos de estos bombardeos sobre la población fueron muy importantes. Fruto de la casualidad, además, una bomba impactó sobre un camión del Ejército Popular cargado de dinamita, lo que provocó la destrucción de parte del centro de la ciudad. En los días siguientes se produjo un éxodo de barceloneses fuera de la ciudad, producto del pánico creado.

La brutalidad de este ataque, dirigido exclusivamente contra objetivos civiles, provocó reacciones oficiales de denuncia en Estados Unidos, Francia, Reino Unido y el Vaticano entre otros países. Preocupado por esta reacción, Franco ordenó la detención de los ataques al mando italiano, pero sólo por poco tiempo ya que en el mes de mayo siguiente la Aviazione Legionaria atacó Alicante (provocando cerca de 400 muertos) y Granollers (con más de 200 muertos), entre muchos otros objetivos en todos los frentes de guerra, con especial atención a la costa mediterránea.

En total Barcelona fue atacada por aire durante la Guerra Civil más de 400 veces, en 240 raids, que mataron más de 2.750 personas, hirieron a más de 7.000 y destruyeron 6.000 edificios. También fue bombardeada por mar desde buques de guerra franquistas e italianos.