El libro rojo sobre España

En consonancia con su identidad radicalmente anticomunista, los nacionalsocialistas y los medios de comunicación por ellos controlados tuvieron claro desde el principio que el golpe de los militares contra la Segunda República era –en contra de todos los hechos– un acto de defensa legítima contra una conspiración comunista. El asesinato del líder de la oposición monárquica José Calvo Sotelo unos días antes ya había sido interpretado de esta manera por el Völkischer Beobachter, el órgano central de prensa del partido nazi. Y los asesinatos de clérigos que se produjeron en la zona republicana inmediatamente después del golpe sirvieron solo para confirmar la acción desenfrenada de las fuerzas destructivas del “bolchevismo”. Fue así como los acontecimientos españoles desde la óptica nazi se convirtieron en el primer episodio de un conflicto mucho mayor, de orden global, entre el “bolchevismo internacional” liderado por Moscú y los (autoproclamados) defensores de la “civilización occidental” cuyo liderazgo en Europa fue reclamado, ahora más que nunca, por el Tercer Reich.  

Con el reconocimiento oficial del gobierno de Franco por el régimen nazi el 18 de noviembre de 1936, el Ministerio de Propaganda, bajo la dirección de Joseph Goebbels, reforzó su control sobre la información relativa a España. A partir de entonces, el legítimo gobierno republicano tuvo que ser calificado de “bolchevique” en todos los medios de comunicación y la cúpula de los sublevados de “gobierno nacionalista español”. La imagen maniquea también se vio enriquecida por continuas informaciones en los periódicos y un número creciente de informes de viaje y de testigos, en parte falsificados, sobre los combates en el frente y, sobre todo, las atrocidades cometidas por las “hordas rojas” en el bando republicano. Un producto clave en este contexto fue el “Libro rojo sobre España” (Das Rotbuch über Spanien), compilado por la organización de propaganda nacionalsocialista Antikomintern. Publicado en junio de 1937, el libro era una recopilación de imágenes y supuestas pruebas sobre la conspiración bolchevique en España (ver imagen). En cuatro meses se vendieron 100.000 ejemplares, que sirvieron también de base para muchas otras publicaciones antibolcheviques. 

Con la victoria de Franco en 1939 y el regreso de la Legión Cóndor a Alemania, el régimen nazi decidió celebrar la intervención alemana –en contra del secretismo anterior– como una gran victoria y subrayar así ante el mundo su pretensión de liderazgo en la lucha contra el bolchevismo internacional. 

SB