Miguel Hernández, cantor de las trincheras
Source:
Archivo ABC
Date Created: 1937
Type: Photograph
Extent: 1 item
37.69116, -4.4827
La imagen de Miguel Hernández (Orihuela, 1910-Alicante, 1942), sobre un camión levantado, hablando y recitando sus poemas a los soldados en 1937, fue tomada, según Vittorio Vidali (Comandante Carlos), cerca de Córdoba, en Castro del Río. No es la única imagen del poeta junto a los soldados republicanos, también el diario ABC recogió alguna foto en parecidas circunstancias, cuando una pausa en la batalla permitía que la palabra se abriese paso entre la metralla.
Los años precedentes a la guerra fueron años de enfrentamientos dicotómicos como en los cuentos de los niños (“héroes y villanos”, “malvados y buenos-”). Así que Miguel Hernández, modificó sus antiguas creencias católicas por la influencia de sus nuevos compañeros, Rafael Alberti y María Teresa León, el poeta argentino Raúl González Tuñón, y los chilenos Pablo Neruda y su amante Dalia del Carril, ingresando en el Partido Comunista.
Miguel Hernández no fue un intelectual de retaguardia. Demostró su compromiso social y con la cultura de manera fehaciente. Participará durante 1935 en las Misiones Pedagógicas llevando la cultura a los pueblos de Castilla y Andalucía. Nada más iniciada la guerra, en septiembre de 1936 se alistó en el Quinto Regimiento como zapador (en el batallón de “El Campesino”) del que pasaría a ser su comisario de cultura. Allí desarrolló una intensa labor propagandística, alfabetizadora y educativa participando, junto con otros intelectuales, en la confección de revistas para el frente de Madrid como “El Ataque”. Ya en el frente de Extremadura (Castuera) en 1937 colaboró en la revista “Frente Sur”, órgano divulgativo del “Altavoz del Frente”, dirigido a la retaguardia, pero también a la trinchera. Son innumerables las publicaciones en las que dejó testimonio de su voz (Milicia Popular, La voz del Combatiente, Acero, Frente Sur, Nuestra Bandera, Pasaremos) alentando con la palabra un sentimiento emocionado a favor de la justicia, la igualdad, la libertad, la solidaridad y la dignidad.
En una pausa, Miguel Hernández acudió al II Congreso Internacional de Intelectuales celebrado en Madrid y Valencia, allí saludó con emoción a Antonio Machado, según Ian Gibson, y también conoce a Nicolás Guillen que le evocará meses después: “La voz cortante y recia; la piel tostada por el férreo sol levantino. Todo ello sepultado en unos pantalones de pana ya muy trabajada y unas espardeñas de flamante soga […] Este cantor de las trincheras, este hombre salido de la más profunda entraña popular produce, en efecto, una impresión enérgica y simple”.
Detenido al final de la guerra, la dictadura le dejó morir en terribles condiciones en la cárcel.
JD