Banco conmemorativo de Ralph Fox en Halifax
Repository: Calderdale Libraries
Date Created: 1950-04-29
Type: Monumentos
Extent: 1 item
53.72292, -1.86049
Ralph Fox murió luchando en España con las Brigadas Internacionales a la edad de treinta y seis años. En ese momento era uno de los intelectuales comunistas británicos más conocidos, y su muerte –junto con la del brillante graduado de Cambridge John Cornford en la misma batalla– tuvo un gran impacto en los círculos de izquierda en Gran Bretaña. Fox fue conmemorado en un libro de sus cartas y otros escritos publicado en 1937, y más de una década después se convirtió en el primero de los voluntarios británicos en tener un monumento físico dedicado a él en su ciudad natal de Halifax, Yorkshire.
Después de estudiar en Oxford, Fox pasó largas temporadas en la Unión Soviética. Escribió prolíficamente: biografías de Lenin y Genghis Khan, crítica literaria marxista, una novela ambientada en la Rusia revolucionaria y una columna para el Daily Worker. Su decisión de luchar en España no fue una sorpresa, dado su alto perfil como escritor y defensor del Frente Popular contra el fascismo.
Al llegar a España en diciembre de 1936, Fox fue nombrado comisario político en la base de las Brigadas Internacionales en Albacete. Las cartas que envió a casa capturaron su entusiasmo por estar involucrado en lo que consideraba los acontecimientos más importantes desde 1917 y disfrutar de sus reuniones con el personal soviético. Al encontrar tedioso el trabajo en la base, se unió a la primera compañía británica en acción en el frente sur en Lopera. Allí murió, casi con certeza (las versiones difieren) el 27 de diciembre de 1936. La muerte de una figura tan conocida fue profundamente impactante y causó una impresión mucho mayor en ese momento que la de Cornford, que estaba en el comienzo de su carrera. Durante muchos días, el Daily Worker estuvo inundado de homenajes a Fox por parte de destacados comunistas, compañeros intelectuales y grupos de trabajadores. John Strachey lo aclamó como “el más dotado de todos los escritores” producidos por el movimiento comunista británico, mientras que T.A. Jackson se refirió a su muerte como un "fuerte golpe al marxismo británico".
En 1949, un comité presidido por el historiador marxista E.P. Thompson recaudó suficiente dinero para crear un monumento en Halifax. Thompson dejó en claro que el proyecto tenía como objetivo honrar el coraje y el genio de Fox más que sus opiniones políticas, pero aun así despertó la oposición pública de los padres de Fox. El 29 de abril de 1950 se dedicó un banco conmemorativo cubierto con la bandera del batallón británico en Bull Green Gardens, Halifax. Sam Russell, que había luchado junto a Fox en Lopera, estaba entre los participantes. La sencilla placa ofrece esta frase no atribuida: “es triste que muera un hombre cuando es tan amado por el pueblo”. De hecho, es una cita del propio homenaje de Fox a Maxim Gorky tras su muerte en junio de 1936. En 1951, G.D.H. Cole pronunció la primera conferencia conmemorativa anual en memoria de Fox. Las conferencias se revivieron en 1986 para conmemorar el cincuentenario de la muerte de Fox. En los últimos años, el banco ha sido restaurado y trasladado a poca distancia de su ubicación actual en las afueras del Ayuntamiento de Halifax.
TB