Parque de la Memoria y carnaval de Sartaguda
En 2008 se inauguró en Sartaguda el Parque de la Memoria, el principal monumento memorialista navarro en homenaje a las víctimas del golpe de Estado de 1936. El parque, que impulsaron las asociaciones Pueblo de las Viudas de Sartaguda y Familiares de Fusilados de Navarra, cuenta con varias esculturas y un muro que recoge los nombres de las aproximadamente 3000 personas asesinadas en Navarra durante la guerra civil. En 2016 se añadió Reconstrucción, una escultura grupal de Rodrigo Romero Pérez que representa a las familias rotas y el sufrimiento de las viudas y sus hijos. La obra está formada por las figuras de una mujer y una niña –las dos con la cabeza bien alta– y tras ellas, la silueta de un cuerpo masculino fragmentado. No es mera coincidencia que Sartaguda, que se conoce como el Pueblo de las Viudas, albergue este Parque de la Memoria y, menos aún, una escultura que rescata la memoria del dolor y la resistencia cotidiana de muchas mujeres.
Este pueblo navarro fue porcentualmente el más golpeado por la represión y la limpieza política que emprendió el bando sublevado. De sus 1200 habitantes, fueron asesinados 84 varones, la mayoría de ellos jóvenes jornaleros y miembros de los sindicatos izquierdistas. Estos hombres habían continuado con las reivindicaciones agrarias que se prolongaban desde hacía varias décadas y que los habían enfrentado al duque del Infantado y, en el preludio del conflicto bélico, a Ramiro Torrijos, el administrador del duque, considerado el responsable de la masacre perpetrada en Sartaguda. Los asesinatos dejaron más de sesenta viudas, jóvenes, como sus maridos, y numerosos huérfanos. Siguiendo la pauta de represalias contra las “rojas” a lo largo de toda la península, no solo sufrieron la incautación de sus bienes, hambre y otras penurias materiales, sino también la humillación pública al someterlas a diversos escarmientos como el trabajar sin remuneración limpiando el pueblo o cosechando, la ingestión de aceite de ricino, el rapado del pelo, detenciones e incluso violaciones.
A pesar de los castigos, de que sus seres queridos permanecieran en fosas comunes y de que tuvieran que esperar hasta el fallecimiento del dictador Francisco Franco para exhumarlos y enterrarlos con dignidad en 1979, las viudas y sus hijos lucharon para que el nombre de sus muertos no cayera en el olvido. El Parque de la Memoria de Sartaguda honra, por tanto, a los fusilados, pero también y de manera muy especial a sus mujeres.
La reivindicación de su recuerdo se ha materializado, asimismo, en una manifestación cultural muy diferente: el carnaval. En efecto, desde 2018 el carnaval rural de Sartaguda incluye un nuevo acto en el que algunas vecinas disfrazadas de viudas conducen por las calles del pueblo la efigie de Torrijos, el temible administrador del duque, leen su sentencia y lo queman en una hoguera. Luego las “viudas” bailan alrededor del fuego, enfatizando su protagonismo.
RC-P