Cartel pro-refugiados
Repository: Col.lecció Cartells del Pavelló de la República
Creator: Bas i Blasi, Martí
Date Created: 1937
Type: Poster
Extent: 1 item
41.38289, 2.17743
Una de las contribuciones más importantes que realizó Cataluña durante la Guerra Civil fue la acogida, la ayuda y la solidaridad hacia los refugiados de guerra de otros pueblos de España que llegaron a Cataluña desde el inicio del conflicto.
Desde finales de verano de 1936 empezaron llegar a Cataluña los primeros refugiados procedentes de Extremadura y Madrid. A finales de 1936 se estimaba que en Cataluña había unos 300.000, que se vieron incrementados con la caída de Málaga, en febrero de 1937. Otra ola importante de refugiados se produjo con la ocupación del norte de la península, Euzkadi y Asturias entre junio y octubre de 1937. En marzo de 1938 la cifra de refugiados en Cataluña ya era de 700.000, y con el hundimiento del Frente de Aragón ese mismo mes, se inició la partida hacia Cataluña de aragoneses y catalanes que huían desde las nuevas zonas ocupadas. Estas oleadas de refugiados provocaron que a finales de 1938 vivieran en Cataluña un millón de personas que eran originarias de diversos territorios españoles.
Desde la llegada de los primeros refugiados el otoño de 1936, desde las instituciones se crearon diversos organismos para gestionar su llegada y dar respuestas a sus necesidades: alojamientos, proveerlos de ropa, la escolarización de los niños, resolver la cuestión sanitaria y su alimentación. Todas estas acciones, con el paso de los meses y el aumento del número de refugiados, fueron las gestiones más destacadas que atendieron las diversas autoridades municipales, ya que los refugiados en un primer momento se concentraron, mayoritariamente, en Barcelona, pero después, cuando su número fue incrementando, fueron repartidos por toda la geografía catalana.
La actuación de la Generalidad de Cataluña se caracterizó por la creación de diversos organismos de ayuda a los refugiados. En un primer momento se creó en agosto de 1937 el Comité Central de Ayuda a los Refugiados. Su labor, tal como se muestra en el cartel, fue la de dar respuesta a los problemas que se pudieran dar en la recepción, transporte, alojamiento, abastecimientos, sanidad, etc. de los refugiados de guerra. Posteriormente a finales de 1937 se creó el Comisariado de Ayuda a los Refugiados que se encargó de pagar en concepto de subsidio 2 pesetas diarias por refugiado a los ayuntamientos y particulares que los acogían.
La manutención de los refugiados fue otro gran reto que tuvieron que afrontar las autoridades de Cataluña, sobre todo las municipales, que se vieron desbordadas por la falta de medios y por la escasez de productos de primera necesidad. Todas las medidas que se aplicaron fueron insuficientes: repartos de tarjetas de racionamiento, creación de comedores, ayudas extranjeras, etc. La falta de subsistencias se fue agravando con el paso del tiempo, hasta que llegó a una situación límite a finales de 1938. El malestar general por esta situación planteó diferentes situaciones de conflictividad entre vecinos de algunas localidades catalanas y refugiados de guerra.
ODI