La ópera en Madrid, 1937

El teatro, sobre todo el musical, formaba una parte integral de la vida madrileña durante la Guerra Civil, con representaciones casi diarias de zarzuela y opereta. Sin embargo, la serie de Ópera Española presentado por la soprano Ángeles Ottein (1895-1981) y su compañía a mediados de 1937 fue, sin duda, la temporada más importante de este tipo que se representó en el capital durante el conflicto. Se anunciaba como una alternativa moralmente más sana que otros géneros más populares y provocativos, y contaba con el respaldo de las altas esferas del gobierno republicano y el propio jefe del Ejército del Centro, el general José Miaja.

La Temporada Oficial de Ópera Española consistió en una serie de seis óperas españolas y una tonadilla a solo, y se representó ante un público entusiasta en el Teatro de la Zarzuela en junio y julio de 1937. Puede considerarse como una estrategia deliberada para reforzar el sentimiento de orgullo republicano y tenía una misión educativa y democratizadora para hacer la música docta más accesible al pueblo mediante el uso del texto en su propio idioma.

Inicialmente se representaron cuatro óperas: Marina (Arrieta), Maruxa (Vives), La Dolores (Bretón) y Arrorró (Álvarez García), antes de que se renovara el acuerdo con la compañía y se presentaran otras tres obras: el programa doble de la imagen que aparece aquí, compuesto por Bohemios (Vives) y el ‘estreno’ de la tonadilla El pelele (Gómez), y, por último, Las golondrinas (Usandizaga).

Ángeles Ottein, cuyo nombre de nacimiento fue Ángeles Nieto Iglesias, era la hermana mayor de la famosa soprano Ofelia Nieto (Iglesias) (1900-1931). El nombre artístico de Ottein era una inversión de su apellido con la adición de otra ‘t’ para que sonara más italiano y, por lo tanto, más operístico. Ottein debutó en Marina en 1914 y actuó extensamente por todo el país y en el extranjero, realizando giras por Sudamérica e incluso cantando en la Metropolitan Opera de Nueva York. Durante la Guerra Civil participó en numerosos festivales para recaudar dinero para las víctimas republicanos de la guerra, destacando su actuación con el bajo afroamericano y defensor de los derechos civiles, Paul Robeson (1898-1976) y el violinista Enrique Iniesta (1906-1969) en Madrid en enero de 1938.

Originalmente una zarzuela en un acto, en 1920 Conrado del Campo convirtió Bohemios en una ópera para el Teatro Real. Mientras que el vestuario y los decorados de la representación de 1937 suscitaron algunas críticas, El pelele (1924-28), con música de Julio Gómez (1886-1973), tuvo una gran acogida. Estrenado por María Gas en Madrid en 1925, Ottein había representado esta obra en Cádiz en abril de 1931, coincidiendo con la proclamación de la República, aunque éste parece haber sido su estreno madrileño.

A pesar del éxito artístico de la temporada, económicamente el proyecto supuso importantes pérdidas. Sin embargo, para las autoridades republicanas y para un público deseoso de revivir durante la contienda -aunque sólo fuera por un instante- el antiguo esplendor de la vida operística madrileña, no debió de tener precio.

YA