La transferencia de prisioneros españoles, 9 de agosto de 1940
Source:
ITS, OCC 15/198, Carpeta 268, Folio 102
Date Created: 1940-08-09
Extent: 1 item
48.24041, 14.51627
Una de las particularidades más llamativas de los prisioneros españoles que llegaban a Mauthausen era que, en su mayoría, portaban un triángulo azul con una S (spanier) bordada en el centro. Esto, en principio, los clasificaba como “emigrantes” o “apátridas” españoles, algo que no encajaba estrictamente con el significado original del símbolo, acuñado para designar a todos aquellos judíos o refugiados políticos que habían huido de Alemania tras el ascenso del nazismo pero que habían sido apresados tras su retorno al país. Esta anomalía solo se manifestaba en Mauthausen, pues en todos los demás recintos del KL en los que se registraron españoles estos recibieron el triángulo rojo como presos políticos. Los primeros prisioneros españoles llegaron a Mauthausen el 6 de agosto de 1940, tras un breve periodo de internamiento en los conocidos como Stalag, campos para prisioneros de guerra, en los que fueron recluidos tras ser detenidos durante la
invasión de Francia por parte de Alemania. El documento aquí incluido muestra algunos de los traslados del 9 de agosto. Su encuadramiento se reveló problemático desde el principio, pues su detención se practicó en cuanto combatientes del Ejército francés, de forma que fue preciso llevar a cabo un proceso posterior de reidentificación para el que se tomó como base la clasificación de “trabajadores emigrantes” con la que operaba el aparato administrativo de Vichy.
Los españoles sufrieron un proceso de clasificación anómalo en el KL, especialmente en Mauthausen, en donde portaron desde el comienzo una insignia que no se correspondía con la naturaleza y motivos reales de su detención y traslado, pero que no modificó su tratamiento como presos políticos en custodia protectora, una categoría que fue compartida por todos los reclusos españoles en el global de la red concentracionaria alemana. La explicación a la particularidad española en el infierno austriaco no parece estar clara más allá de su origen, aunque, muy probablemente, respondió a cuestiones pragmáticas relacionadas con la necesidad de igualar a un determinado conjunto de prisioneros que, a partir de enero de 1944, configurarían además la esencia de una nueva categoría diferenciada: la de los rotspanier, integrada por todos aquellos individuos que habían osado sumarse a la lucha contra el fascismo en España.
La evolución burocrática del campo permite confirmar que la nacionalidad de los presos españoles fue siempre empleada como base para la diferenciación y contabilidad administrativa de la población no solo del recinto principal sino de todo el complejo austriaco. El rechazo del régimen franquista a reconocer la existencia de estos prisioneros nunca influyó, por tanto, en el trato dispensado por la Alemania nazi a los españoles internados en su red del terror.
GGB