Modernidad

La imagen del grupo de mujeres y hombres en la playa de Riazor, A Coruña, refleja el modo en que diversos cambios sociales y culturales estaban operando en la Galicia del primer tercio del siglo XX. El anarcosindicalismo conformaba una parte sustancial del movimiento obrero en el que anidaban ideas de igualdad y revolución social. Junto con el republicanismo patrocinaron iniciativas de extensión cultural bajo las que se desarrollaron nuevas ideas sobre las relaciones sociales, de género, sexuales o de alimentación e higiene. A Coruña fue un centro de estos proyectos progresistas a nivel gallego y estatal. No fueron una innovación de la etapa republicana, sino que llevaban décadas arraigando en diversos ambientes no solo urbanos, sino también del medio rural. 

La modernidad se reflejó en las innovaciones tecnológicas y materiales que se generalizaron; por ejemplo, en la introducción del automóvil (los primeros llegaron a las ciudades de A Coruña, Vigo y Lugo en 1898), el teléfono (que ya había llegado antes, en 1882 a Vigo), la radio (Radio Galicia comenzó sus emisiones en Santiago de Compostela en 1932) o la maquinaria agrícola (que no dejó de extenderse desde la década de 1920). Los años veinte y los años treinta fueron un período de una gran transformación socioeconómica en Galicia, que se vio abruptamente interrumpida por el golpe, la guerra y la instauración de la Dictadura. 

Pero la modernidad sobre todo se reflejó en los cambios sociales: como la mayor presencia de las mujeres en la educación superior y en la vida pública en general, el acceso de las clases trabajadoras a puestos de responsabilidad política como concejales, alcaldes o diputados o la indudable proyección de las nuevas clases medias urbanas. El republicanismo a izquierda y derecha, el obrerismo, el agrarismo y el galeguismo se nutrieron de estos cambios en un ambiente de creciente pluralismo. La foto tomada en 1931 refleja un tiempo nuevo que fue víctima del golpe de Estado y de la guerra.

AMM